Cómo evitar las bacterias fecales en la comida

Después de comprobar que las bacterias fecales están más cerca de nuestra comida de lo que pensamos, hablamos con varios expertos sobre cómo evitarlas.
Cómo evitar intoxicaciones alimentarias en verano

Las bacterias fecales, es decir las que proceden del tracto intestinal -también llamadas enterobacterias-, pueden llegar a los alimentos por diversas vías, la más habitual es la manipulación incorrecta de los mismos, nos comenta la doctora Blanca Usoz, médico de familia y experta de Doctoralia. Eso sí, también recuerda que vivimos rodeados y llenos de gérmenes, que no son necesariamente peligrosos para la salud.

¿Cómo llegan las bacterias fecales a los alimentos?

Por su parte los doctores Manuel Medina Cruz y Guillermo Ontanilla Clavijo, ambos gastroenterólogos en Servicios Médicos Santa Cruz y miembros de Top Doctors, nos detallan las razones por las que los microorganismos fecales pueden estar presentes en los alimentos:

- Contaminación natural del alimento: en su sitio de producción, como por ejemplo, en el caso de los huevos contaminados con salmonella o la carne infectada con determinados patógenos.

- El manipulador: se le puede considerar la principal fuente de contaminación de alimentos si sus hábitos higiénicos son deficientes, por su contacto directo y permanente con ellos en prácticamente todos los eslabones de la cadena alimentaria.

- Equipos y utensilios: todos los equipos, utensilios, envases, deshechos que hay en la planta donde se manipulan los alimentos pueden ofrecer riesgos de contaminación cruzada si no se llevan a cabo las medidas higiénicas necesarias.

- El agua: es fundamental que los establecimientos dedicados a la producción de alimentos estén muy pendientes de la potabilidad del agua para que, tanto al usarlo como ingrediente (en la fabricación de hielo, por ejemplo) como al utilizarlo en la limpieza de utensilios, no genere riesgos de transmitir patógenos.

La doctora Usoz concluye que “normalmente no son infecciones peligrosas y ceden solas en unos días, pero sí existen especies de gérmenes menos frecuentes en este tipo de contaminación que puede producir enfermedades importantes” y afirma que en cualquier caso, el peligro de intoxicación alimentaria siempre es mayor en los llamados grupos de riesgo: niños, ancianos, embarazadas y personas con enfermedades preexistentes.

También nos recuerda algo que no siempre tenemos en cuenta: en casa, el peligro es el mismo, que la comida sea casera no implica que sea segura. En realidad, no hay que olvidar que los manipuladores de alimentos tienen una formación y toman unas precauciones que, en muchos casos, no se toman al cocinar en casa.

Sigue leyendo y descubre los consejos de los expertos para evitar que las bacterias se hagan las dueñas de tu comida.

Lavarse bien las manos después de ir al baño

Incluyendo manos, muñecas y uñas cada vez que se pase por el baño. Esto es algo que se da por hecho, pero que no siempre ocurre. Es fundamental hacerlo antes de manipular la comida, para evitar el riesgo de contaminación.

Descongelar correctamente los alimentos

Siempre que descongeles alimentos debes hacerlo en el frigorífico. Para agilizar el proceso y reducir los tiempos, puedes usar el microondas, pero jamás hay que hacerlo dejando el alimento en cuestión a temperatura ambiente.

No recongelar alimentos descongelados

Esta es otra de las cosas que más ocurre en todas las casas (y mira que estamos cansados de oír que nunca hay que recongelar los alimentos...). Ten en cuenta que al descongelar los alimentos algunas bacterias que se quedaron latentes en el alimento pueden reproducirse más rápido. Por lo tanto, se recomienda cocinar el alimento descongelado lo antes posible.Desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, afirman que “nunca se debe congelar de nuevo un alimento que se ha descongelado, a no ser que se cocine antes de volver a congelarlo”.

Leche cruda, ¡cuidado!

Es una de las modas gastronómicas de las que más hemos oído hablar últimamente y los doctores Manuel Medina y Guillermo Ontanilla tienen claro que hay que tener mucho cuidado con el consumo de leche cruda y menos, si no se ha hervido previamente para acabar con las bacterias.Y aún así, AECOSAN asegura que la leche cruda puede vehicular microorganismos patógenos peligrosos para el ser humano y este riesgo no puede ser eliminado, salvo con la pasteurización.

Frutas y verduras crudas bien limpias

Las frutas y verduras crudas pueden haber estado en contacto directo con las heces de algún animal. Por lo tanto, si no las lavas muy bien antes de comerlas, terminarás ingiriendo bacterias fecales.

Encimeras, ¡siempre limpias!

Es fundamental que las encimeras donde trabajes estén siempre bien limpias para evitar que los alimentos que vamos a cocinar se contaminen.

Cuidado con las bayetas

Los trapos y bayetas de cocina son el paraíso de las bacterias. Un estudio elaborado en Reino Unido demostró que si no se desinfectan tras su uso, pueden acumular hasta seis veces más bacterias que el botón de la cadena del váter.Y, claro, de la bayeta o el paño de cocina pueden pasar a la encimera y de ahí a la comida.

Alimentos crudos y cocinados, siempre separados

Es fundamental no juntar en el mismo recipiente alimentos crudos y cocinados para evitar el riesgo de contaminación cruzada.

Tabla de cortar

La tabla de cortar debe estar bien limpia y jamás hay que usar la misma tabla para cortar alimentos crudos y cocinados. Si lo haces, estarás contaminando los alimentos.

Reutilizar envases, ¡no lo hagas!

Otra de las prácticas que se cometen frecuentemente y que pueden contaminar la comida es reutilizar envases comerciales con el fin de almacenar otros alimentos. En el momento en que dejen de contener el alimento para el que fueron diseñados, hay que tirarlos a la basura.

Cocinar bien los alimentos es clave

Recuerda que el calor destruye las bacterias, por lo que es fundamental cocinar la carne, especialmente la carne picada, a altas temperaturas.En algunos países, como Francia, se recomienda especialmente a los niños comer siempre las hamburguesas muy hechas, para evitar riesgos, puntualiza la doctora Usoz.

El frío las paraliza

La temperatura es probablemente el factor ambiental más importante que afecta al crecimiento y la multiplicación de microorganismos. Por lo tanto, mantener los alimentos en el frigorífico impide que las bacterias se reproduzcan y “una de las medidas más útiles en la prevención de enfermedades transmitidas por alimentos”, nos matizan los doctores Medina y Ontanilla.

¿Es un peligro para la salud?

Los tres expertos concluyen que en nuestro medio es poco frecuente la contaminación de alimentos si se llevan a cabo las medidas de higiene correcta. Y, por lo tanto, la presencia de bacterias fecales en valores significativos o tan cuantiosos como para producir un problema de salud no es habitual.

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