A los 50, muchas mujeres sienten que es momento de soltar. No solo rutinas que ya no encajan, también cosas: objetos que ya no usamos, trasteros llenos de "por si acaso", rincones que acumulan sin sentido. El minimalismo no es solo una estética bonita para redes sociales. Es una forma de hacer espacio en casa y en la cabeza. Y cada vez más mujeres de esta generación lo están adoptando, con realismo, con calma y, sobre todo, con criterio. Ya no se trata de vivir con lo mínimo, sino de vivir con lo justo: lo que te sirve, lo que te gusta, lo que usas. Y en ese camino, Ikea se ha convertido en una aliada clave. Porque ofrece soluciones prácticas y accesibles que ayudan a hacer el cambio sin agobiarse ni complicarse. Cajas, carritos, separadores… herramientas que transforman el caos en orden sin tener que reformar nada.
Lo interesante de este nuevo enfoque es que no tiene que ser radical. Puedes empezar con un rincón, un cajón, una balda. Y si lo haces bien, notas el cambio enseguida. Más claridad visual, más ganas de estar en casa, más sensación de ligereza. Este tipo de orden no es solo estético. Tiene que ver con tener un entorno que respire contigo. Que se adapte a tu vida tal como es hoy. Y si puedes conseguirlo sin hacer malabares y con cosas que ya existen en tiendas como Ikea, mejor todavía. Ya os conté que tengo una cocina enana y este accesorio tirado de precio que compré sin pensarlo me salva el orden. Ahora, os traemos este método sencillo.
Orden visual y funcional: empieza por lo que más usas

No hace falta vaciar toda la casa para empezar. Puedes aplicar el enfoque minimalista comenzando por el lugar que más te incomoda: ese armario lleno, ese trastero imposible, ese cajón donde todo se mezcla... El método es claro: revisa, reduce y reorganiza. Pregúntate si usas eso, si te hace falta, si realmente lo quieres conservar.
Productos como las cajas Kuggis ayudan a dar estructura sin ocupar más. Son apilables, limpias, discretas. Para quien busca un orden visual sin tener que esconderlo todo. Si prefieres un aire más natural, la cesta Branäs de ratán aporta calidez sin perder funcionalidad. Ambas son ideales para estanterías como la Kallax, uno de los básicos de organización que más usan las mujeres de esta generación.
Soluciones pequeñas para cambios grandes

A veces no se necesita más espacio, sino usar mejor el que ya tienes. El carrito Råskog, por ejemplo, se ha vuelto imprescindible en muchos hogares. Ocupa poco, se mueve fácil, y sirve desde el baño hasta la cocina. Puedes usarlo como estación de belleza, organizador de papelería o apoyo para utensilios si no tienes muchos armarios.
Adoptar este tipo de orden es más que una limpieza física. Es una forma de cerrar ciclos, de dejar espacio a lo nuevo y de vivir más ligero. Muchas mujeres de 50 ya no están buscando perfección, sino funcionalidad y calma. Quieren casas que acompañen su ritmo real, no espacios de revista imposibles de mantener. Os recomendamos leer, por ejemplo, el truco de Trini Pérez, experta en orden, para guardar los abrigos sin perder tanto espacio (y no, no usa bolsas de vacío)
A los 50, el orden también es bienestar

Otro imprescindible: las cajas Skubb, perfectas para dividir cajones sin que reine el caos. Separan calcetines, ropa interior, accesorios o productos de baño. Lo que antes era un revoltijo ahora se ve de un vistazo. Y lo que ves, lo usas.
Con las herramientas adecuadas, el proceso se vuelve accesible. Ikea ofrece soluciones para todos los estilos, gustos y presupuestos. Pero lo más importante no es la herramienta, es la intención: ordenar para vivir mejor.
Porque sí, puedes tener una casa organizada, cómoda y bonita sin tener que vaciarlo todo ni empezar de cero. Solo necesitas mirar lo que tienes con otros ojos, y decidir que mereces vivir en un espacio que te acompañe, no que te agobie.