Revista Mía

¿Es peligroso comer semillas de manzana?

En grandes cantidades las semillas de manzana pueden suponer un riesgo para la salud, dado que contienen cianuro en cantidades pequeñas, un potente químico mortal, que además puede causar síntomas leves y graves.

Las manzanas son unas frutas muy populares y nutritivas, además de sumamente saludables. Desde un punto de vista nutricional, son especialmente ricas en una amplia diversidad de nutrientes fundamentales para nuestra salud, entre los que destacan sus cualidades antioxidantes, útiles para proteger al cuerpo frente al daño oxidativo, que a largo plazo puede acabar conduciendo a distintos problemas y enfermedades, como por ejemplo el cáncer.

Podríamos recordar el dicho popular “una manzana al día mantiene al médico lejos de ti” para darnos cuenta de que, efectivamente, nos encontramos ante un alimento saludable y recomendado dentro de una alimentación variada y sana, debido fundamentalmente su riqueza nutritiva.

No obstante, seguramente te ha ocurrido que al morder una manzana profundamente te has encontrado con una sorpresa un poco desagradable: la presencia de pequeñas semillas de color negro. Y, a diferencia del sabor que posee el resto de la carne (la cual es generalmente dulce), el sabor de esta semillas es simplemente otra historia.

Aunque en los últimos años se convirtió en una opción la posibilidad de consumirlas, muchas personas se preguntan si en realidad habría algún tipo de problema o riesgo. Y es que se sabe que estas semillas contienen una sustancia llamada amigdalina, la cual libera cianuro desde el momento en el que entra en contacto con las enzimas digestivas. Pero, como manifiestan muchos expertos, en realidad la toxicidad aguda suele ser bastante rara, en especial si por accidente consumimos algunas semillas.

¿Qué es el cianuro? ¿Cómo actúa y funciona?

El cianuro es un químico común ampliamente conocido como uno de los venenos más mortales. Muchos de los compuestos que lo contienen, denominados cianoglucósidos, los encontramos de forma natural, presente sobre todo en muchas semillas de frutas. Y la amigdalina es uno de estos compuestos.

Las semillas de manzana, al igual que otros huesos y semillas de frutas, presentan una capa externa muy fuerte, la cual se caracteriza por ser resistente a los distintos jugos digestivos. Pero cuando las semillas son masticadas, la amigdalina se libera en el organismo, y podría producir cianuro.

En los últimos años, de hecho, el consumo de semillas de manzana pasó a convertirse en una opción popular, debido principalmente a que, en pequeñas cantidades, pueden ser eliminadas sin causar problemas en nuestro organismo. Sin embargo, consumirlas en cantidades elevadas sí puede ser peligroso.

De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), entre 1 a 2 mg por kilogramo de cianuro es una dosis fatal por cada 70 kg de peso en el hombre. Es decir, el consumo de 0.5 - 3.5 mg/kg puede conducir a una intoxicación por cianuro grave.

Muchas manzanas contienen entre 5 a 6 semillas, cantidad de depende directamente de la salud que tenga cada planta. No obstante, según opinan los expertos, sería necesario comer alrededor de entre 150 a 200 semillas de manzana para recibir una dosis fatal. Evidentemente, una cantidad muy elevada.

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Consejos útiles a la hora de comer manzana

Sin embargo, otros expertos (como la Agencia para el Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades) dicen que la exposición incluso en cantidades pequeñas de cianuro también puede acabar siendo peligrosa.

Se sabe que este compuesto químico puede dañar al cerebro y al corazón, e incluso causar coma y la muerte. Por otro lado, los síntomas del envenenamiento por cianuro suelen aparecer de forma muy rápida, y entre las señales más evidentes se incluyen convulsiones y dificultad para respirar, lo que puede acabar conduciendo a la pérdida de la conciencia.

Mientras que cantidades más bajas de cianuro pueden causar síntomas leves, como: vómitos, mareos, dolores de cabeza, náuseas, debilidad, confusión y calambres en el estómago. De ahí que la cantidad exacta necesaria dependa del peso corporal de cada persona, por lo que los niños pequeños tienden a correr un riesgo mucho mayor.

Aún cuando la intoxicación aguda por cianuro suele ser rara, no es recomendable el consumo de las semillas de manzana. Y lo mismo ocurriría con las semillas y huesos de otras frutas, entre las que se incluyen las cerezas, los albaricoques y los duraznos.

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Aceite de manzana

El aceite de semillas de manzana es un subproducto que se obtiene a partir del procesamiento del jugo. La cantidad de amigdalina presente en él suele ser por lo general muy pequeño.

Respecto a su uso, muchas personas suelen utilizar de forma principalmente externa, ya sea a la hora de aliviar la inflamación cutánea, o con el fin de acondicionar al cabello.

Por otro lado, algún que otro estudio ha sugerido que el aceite de semillas de manzana son una buena fuente de antioxidantes naturales, actuando además activamente contra las bacterias y levaduras.

Aunque consumir pequeñas cantidades de semillas de manzana no tiene por qué suponer un riesgo para la salud, lo más probable es que su sabor no nos guste tanto. Por tanto, lo mejor siempre es intentar evitarlas y desecharlas aún cuando hayamos mordido la manzana de forma profunda hasta alcanzarlas.

¿Lo ideal? Eliminar la parte central de la manzana, después de haberlas lavado bien (para retirar los posibles restos de suciedad). Eso sí, en relación a si es adecuado -o no- consumir su piel, todo dependerá del gusto personal de cada cual.

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