Azúcar de mesa, estevia, aspartamo, xilitol... hay un sinfín de variedades de edulcorantes en el mercado, y ante tal oferta, es normal volverse un poco loco. Buscamos incorporar edulcorantes que sean sustitutos al azúcar de mesa para mantenernos más “saludables”. Pero, ¿cómo de sanos son?, ¿de qué manera impactan en nuestra salud?, ¿son todos iguales? Despejamos todas estas dudas en torno a estos endulzantes.
Antes de empezar con las respuestas a todas estas preguntas que nos hacemos, tenemos que aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de edulcorantes.

¿Qué son los edulcorantes?
Son toda sustancia de origen natural o artificial que sirven para aportar sabor dulce al alimento. Hay dos tipos: pueden ser calóricos o nutritivos, entre los que se encuentran el azúcar de mesa (sacarosa), polialcoholes (como el sorbitol, xilitol). Y el otro tipo son los acalóricos o no nutritivos, como el aspartamo, la estevia y la sacarina.
¿Algunos de los edulcorantes son una buena alternativa al azúcar de mesa?
Depende. En España, triplicamos la cantidad máxima diaria de azúcar recomendada por la OMS (25 gramos al día) y podría ser interesante utilizar algún edulcorante como posible reemplazo al azúcar y así disminuir la ingesta de azúcar.
Pero no como solución, sino como una transición para ir reduciendo su consumo y terminar acostumbrando al paladar a sabores más naturales y no tan dulces.
¿Los edulcorantes, sobre todo los artificiales, adelgazan?
En estos últimos años ha crecido la preocupación por cuidarse y por querer tener un estilo de vida más saludable. Y eso ha llevado a muchas personas a hacer uso de edulcorantes porque creemos que adelgazan.
Y sí, es cierto que este grupo de edulcorantes no aportan o casi no aportan calorías, pero eso no significa que tengan el poder de adelgazar. De hecho, ningún alimento lo tiene.
Un ejemplo claro lo podemos ver en los productos que se venden bajo la denominación “sin azúcares”, que normalmente, lleva a la confusión del consumidor. Cuando vemos unas galletas “sin azucares”, automáticamente pensamos que son mucho más saludables que las galletas en su versión original porque damos por hecho que, al no llevar azúcar de mesa como tal, nos va a engordar menos y las comemos con mayor tranquilidad. Pero la realidad es que, si escogemos este tipo de productos solo con la intención de no tener remordimientos ni culpabilidad después de comérnoslo, estaríamos fomentando una mala relación con la comida.
¿Hay un límite de consumo por día?
Sí. Hay que tener en cuenta que existe un límite de consumo permitido que establece la EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) de acuerdo con las características de cada sustancia.
Antes de ser aprobados para su comercialización, se evalúa la seguridad para el consumo, estableciendo sus posibles efectos adversos en caso de sobrepasarse la ingesta diaria. Los efectos secundarios que podemos experimentar si hacemos un uso inadecuado y excesivo son: náuseas, diarrea, migrañas, dolores de estómago, inflamación, gases...
¿Qué impacto tiene el consumo de edulcorantes en nuestra salud?
Algo importante a resaltar en el impacto de la salud es que el azúcar, que está compuesto por 100% de sacarosa, es el alimento preferido de las bacterias que forman la placa dental, lo que hace que las caries aparezcan con mucha más probabilidad. Sin embargo, con los edulcorantes artificiales, no pasa lo mismo, ya que no se adhieren a los dientes ni fermentan, como sí ocurre con el azúcar de mesa y otros edulcorantes naturales como la miel.
El consumo abusivo de edulcorantes puede causar náuseas, diarrea, migrañas, dolores de estómago, inflamación y gases
En definitiva, lo más saludable es llevar una dieta variada, equilibrada y saludable en el que tanto el consumo de azúcar como de edulcorante esté disminuido. Si consumimos mucho azúcar, sí que puede ser interesante utilizar edulcorantes artificiales para ir disminuyendo su consumo hasta terminar consumiendo el alimento en su versión más natural, Pero su uso dejaría de ser saludable si solo lo consumimos porque tiene poca o ninguna caloría o sea, supuestamente, más saludable.