Las semillas de la mayoría de las frutas, solemos desecharlas, sin embargo, algunas de ellas pueden darnos mucho juego y ofrecer muchos beneficios si sabemos aprovechar sus propiedades y conocemos cómo utilizarlas.
¿Sabías que las semillas de sandía pueden tener una segunda vida y nos ofrecen muchas opciones culinarias? A lo largo de este artículo te vamos a descubrir algunas de ellas. ¡Te van a sobrar razones para no tirarlas!
Sabemos que la sandía es una fruta rica en agua, que tiene propiedades diuréticas y que aporta mucha fibra. Sin embargo, no solo es la fruta en sí la que tiene estas propiedades: sus semillas también. Además, aportan proteínas vegetales y son las aliadas perfectas para fortalecer el sistema inmune, entre otras cosas.
La sandía es perfecta para tomar en verano, aunque algunas de ellas pueden disfrutarse hasta principios de otoño. Puede consumirse cortada en trozos, en zumos, podemos tomar gazpacho de sandía y se puede añadir a multitud de ensaladas.
Además de las propiedades que hemos mencionado antes, las semillas de sandía contienen nutrientes tan importantes como el magnesio, el manganeso, el zinc y aportan grasas poliinsaturadas. El valor nutritivo de estas semillas es similar al de las semillas de calabaza o las pipas de girasol, por ejemplo.
Para consumir las semillas de sandía lo más adecuado es molerlas y mezclarlas con otros alimentos. También es importante saber que podemos lavarlas, secarlas, rociarlas con un chorrito de aceite y meterlas en el horno una media hora y se pueden utilizar como crujientes para ensaladas, por ejemplo o para acompañar otros platos saludables. Eso sí, como pasa con casi cualquier alimento, hay que consumirlas con moderación, porque pueden provocar molestias gástricas.
¿Quieres saber qué propiedades y beneficios pueden aportar las semillas de sandía si las incluyes en tu dieta? No te pierdas lo que te contamos a continuación. ¡A partir de ahora seguro que dejas de quejarte de las molestas semillas al morder la sandía y las ves con otros ojos y, sobre todo, con otro gusto! Ahora las apartarás, sí, pero seguro que se te ocurren muchas razones para reservarlas y utilizarlas en tus platos.
Poder diurético
Al igual que sucede con la sandía, las semillas de esta fruta tienen propiedades diuréticas y depurativas.

Fibra
Las semillas de sandía son ricas en fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y mejora las digestiones.

Ricas en proteínas
Otra de las características de las semillas de sandía es que son ricas en proteínas vegetales, en concreto, contienen el aminoácido denominado arginina, relacionado con la regulación de la presión arterial.

Sistema inmune
Las semillas de sandía son buenas para proteger y reforzar nuestras defensas debido a su riqueza en hierro y en cinc.

Minerales
Otra de las ventajas de las semillas de sandía es que contienen diversos minerales, entre los que cabe destacar el magnesio, que ayuda a controlar la presión sanguínea. Además, es efectivo para regular el nivel de azúcar en sangre, porque ayuda a la correcta metabolización de los hidratos de carbono.

Antioxidantes
Las semillas de sandía tienen un alto poder antioxidante. Contienen licopeno, sustancia que interviene en la neutralización de los radicales libres.

Grasas
Las semillas de sandía son ricas en grasas poliinsaturadas y ácidos grasos omega-6, por lo que son buenas para reducir el colesterol.
