Según el momento del día, tu cuerpo funciona de un modo u otro, ¿verdad? Pues también depende de ese 'reloj biológico' el que los fármacos que usas resulten más efectivos. Elige bien la hora de la toma y no seas como ese 40% de los pacientes que, según los farmacéuticos, no se toma la medicación tal y como le fue prescrita.

La cronobiología y la cronopatología nos han enseñado que el organismo no funciona igual en todos los momentos del día y que las enfermedades tienen también sus ‘horarios propios’; a partir de ahí, es lógico pensar que la acción de un medicamento pueda también variar en función de la hora a la que se administre. Ese es el fundamento de la cronofarmacología, una disciplina que estudia cómo utilizar las medicinas en el momento del día en que son más eficaces y provocan menos reacciones adversas. El doctor Juan Tamargo, catedrático de Farmacología de la Universidad Complutense, nos explica cómo podemos conseguir que los preparados para determinadas enfermedades tengan un efecto óptimo.
-Hipertensión arterial. En esta patología hay un ritmo circadiano muy claro: la presión se eleva entre las seis y las doce de la mañana y disminuye por la tarde y por la noche, de forma que alcanza su nivel más bajo entre las doce y las dos de la madrugada. Pero conviene tener en cuenta que hay personas hipertensas en las que no se produce esta bajada nocturna de la presión, y éstas tienen mucho más riesgo de sufrir una complicación; por eso, pese a que los fármacos para bajar la presión protegen, en principio, durante las 24 horas, este tipo de pacientes deberá obligatoriamente tomar al menos un antihipertensivo por la tarde.
-Colesterol. Se sabe que la síntesis de colesterol ocurre entre la medianoche y la madrugada (hasta las 2 o las 4 h). Por eso, se recomienda que los pacientes se tomen las estatinas (los medicamentos anticolesterol más avanzados) a última hora de la tarde. Con ello se consigue que su efecto máximo (que se alcanza a las dos o tres horas de haberlas tomado) coincida con el momento en el que el hígado ‘fabrica’ colesterol. Así se reduce su producción mucho más que si tomamos el fármaco a las nueve de la mañana, cuando el colesterol ‘de ese día’ ya ha sido sintetizado.
-Patologías reumáticas. Aunque es habitual que las englobemos bajo el término general de reúma, para la cronofarmacología es importante precisar de qué enfermedad concreta se trata. Los síntomas de una de ellas, la artritis reumatoide, por ejemplo, se manifiestan fundamentalmente a primera hora, cuando despertamos; por tanto, deberíamos ingerir la medicación el día anterior por la tarde, para que estos síntomas matinales se amortigüen lo más posible. En cambio, en la osteoartritis, la mayor sintomatología se presenta por la tarde, por lo que conviene tomarla por la mañana para dar tiempo a que haga su efecto.
-Asma y alergia. Es importante tener en cuenta la hora de presentación de los síntomas: las crisis de asma suelen ser nocturnas, de ahí que se recomiende que la medicación, con excepción de los corticoides, se tome por la tarde. La alergia, en cambio, acostumbra a presentar los síntomas a primera hora de la mañana, cuando nos levantamos. Por tanto, lo mejor será que los fármacos se ingieran por la noche.
-Corticoides. En condiciones normales, nuestro organismo libera corticoides siguiendo un ritmo circadiano, de forma que el pico máximo de liberación se sitúa en torno a las ocho de la mañana, aproximadamente. Es conveniente que las personas que han de tomar estos fármacos intenten reproducir ese ritmo; para ello, deberán tomarlos a la misma hora, sobre las 8 o las 9. Si fueran necesarias dos dosis, por ejemplo, 30 mg, se prescribe una toma de 20 mg por la mañana y el resto, por la noche.

-Anticoagulantes. La agregación plaquetaria es mucho mayor en horario nocturno; por tanto, se podría pensar que, para inhibirla, se debería prescribir aspirina por la noche. Sin embargo, esto no es preciso puesto que dicho fármaco se adhiere a las plaquetas de forma irreversible, independientemente del momento de la toma. También se sabe que el efecto anticoagulante de la heparina es máximo por la noche, pero, aun así, este beneficio no compensa el hecho de tener que despertar al paciente para inyectársela. Si hablamos de la heparina que nos ponemos en casa tras una intervención quirúrgica, es cierto que hay mayor respuesta de madrugada, pero lo realmente importante es que nos la pinchemos una vez al día, sin olvidos, para prevenir el riesgo de tromboembolismo.
-Anticonceptivos orales. Las píldoras actuales se han diseñado según el ciclo menstrual femenino y, por ello, la dosis hormonal que contienen varía según los diferentes momentos de éste. Así pues, no es tan importante la hora a la que se toman como el hecho de que se haga todos los días, siguiendo a rajatabla el calendario que aparece en el envase. Si olvidamos ingerir una pastilla a la hora habitual, hemos de hacerlo en el mismo momento en el que lo recordemos. Si aún no han transcurrido doce horas, podemos estar tranquilas en cuanto a la eficacia contraceptiva; si ha pasado más tiempo, nos la tomaremos igual pero, en este caso, usaremos algún método anticonceptivo alternativo hasta el final del ciclo, incluso aunque hayamos ingerido dos píldoras a la vez.
-Hipotiroidismo. Aunque tradicionalmente se ha dicho que la medicación para esta enfermedad debe tomarse por la mañana y en ayunas, recientes estudios lo ponen en entredicho. En realidad su acción cubre todo el día, ya que son fármacos que tienen una eficacia prolongada.

¿En ayunas o mejor con la comida?
-Si los alimentos interfieren en la absorción del fármaco: en ese caso, es mejor tomarlo fuera de las comidas, ya que puede haber un aumento o disminución de sus efectos y también puede retrasarse su absorción, algo a tener en cuenta en los procesos dolorosos, en los que interesa que sea lo más rápida posible.
-Si el medicamento puede irritar la mucosa del tracto digestivo: algunos fármacos (el ácido acetilsalicílico y los antiinflamatorios, como el ibuprofeno) conviene ingerirlos siempre con alimentos que contengan algo de grasa (carne roja, pescado azul...), para facilitar la absorción y evitar daños.