Se ha demostrado que la longevidad no solo depende de un buen ejercicio regular, sino también de una buena dieta. Las personas que alcanzan esta edad suelen tener en común una serie de hábitos que les ayudan a mantenerse activos tanto física como mentalmente. Actividades como la jardinería, caminar diariamente y participar en juegos de mesa son esenciales para conservar la agilidad mental y física. Estas prácticas no solo ofrecen beneficios para la salud, sino que también proporcionan un sentido de propósito y satisfacción personal. Un elemento clave es la dieta. Se ha demostrado que, dependiendo de la zona del mundo donde vivas, tendrás una mejor o peor salud en función de la dieta. Además de este concepto, existen muchos hábitos que marcan la diferencia, aunque es que más es este del docto Shigeaki Hinohara, que comía siempre lo mismo.
El doctor nació en 1911 y consiguió prolongar su vida has 2017, viviendo más de 100 años. Ya hemos hablado en otras ocasiones, de poblaciones que viven más de 100 años y tienen una salud envidiable. Estos son los 8 hábitos alimenticios clave de la dieta de Okinawa (Japón). Ahora, desvelamos la dieta que llevaba toda la vida comiendo el doctor japonés que tenía el secreto de la longevidad.
Una dieta equilibrada y la misma mientras alcanzamos la longevidad
Si bien los hobbies y las relaciones sociales son fundamentales, no podemos no citar la importancia de una dieta equilibrada. Mantener un peso saludable y consumir alimentos ricos en nutrientes es esencial para una vida larga y saludable. Muchas personas longevas siguen dietas que incluyen una variedad de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras.

El Dr. Shigeaki Hinohara fue un médico japonés que alcanzó una longevidad notable, viviendo hasta los 105 años (nació en 1911 y falleció en 2017) gracias a una dieta concreta. Fue una figura muy influyente en Japón, no solo por su práctica médica sino también por su estilo de vida disciplinado y su filosofía sobre la salud y la longevidad. Las claves en su dieta era comer siempre lo mismo. Para el desayuno, café, leche y jugo de naranja con una cucharada de aceite de oliva; en el almuerzo, galletas y leche; en la cena, verduras, pescado y arroz. La clave para entender su dieta es la poca carne que comía.
La combinación de una dieta saludable con actividades físicas y mentales regulares es la receta perfecta para una vida larga y plena. Al adoptar estos hábitos, no solo se puede aumentar la longevidad, sino también mejorar la calidad de vida en general.
Otros factores que mantienen la salud en la longevidad además de la dieta
Además de seguir una dieta sana, saludable, como la del japonés con más de 100 años de longevidad, hay que tener en cuenta otros factores que fomentan la salud en el proceso de hacerse mayor.
Actividades que mantienen cuerpo y mente en forma

La jardinería, por ejemplo, no solo es una excelente forma de ejercicio físico, sino que también reduce el riesgo de enfermedades mentales en un 36%, según estudios recientes. Caminar, aunque parezca simple, es una actividad que mejora la circulación y fortalece los músculos, mientras que los juegos de mesa ayudan a mantener la mente activa y la memoria en forma.
El poder de las relaciones sociales

Las conexiones sociales juegan un papel crucial en la longevidad. Junto con la dieta, las personas con mucha longevidad suelen tener una vida social activa, lo que les ayuda a mantenerse alertas y emocionalmente equilibrados. Visitar amigos, participar en actividades comunitarias o simplemente disfrutar de una buena conversación son formas efectivas de mantener el cerebro en funcionamiento y el ánimo elevado.
Participar en actividades sociales no solo es divertido, sino que también es esencial para mantener la salud mental. Las interacciones regulares con otras personas estimulan el cerebro y ayudan a prevenir la soledad y la depresión, condiciones que pueden afectar negativamente la salud.
Creatividad y expresión personal

La expresión creativa es otro factor común, además de la dieta en la longevidad. Actividades como pintar, tocar un instrumento musical o escribir no solo son formas de entretenimiento, sino que también fomentan la creatividad y la autoexpresión. Estas actividades permiten a las personas mayores explorar nuevas habilidades y mantenerse mentalmente ágiles.
El arte y la música ofrecen una forma de meditación activa, permitiendo a las personas relajarse y concentrarse al mismo tiempo. Además, estas actividades pueden ser una excelente manera de socializar, ya que muchas personas disfrutan compartiendo sus creaciones con amigos y familiares.