En los capítulos anteriores de Amar es para siempre, Elena nos demostró su nivel de maldad. La mujer no dudó en autolesionarse y acusar a Lola de haberla agredido. De esta forma, logró que Malena se pusiese de su parte y repudiase a la mediana de los los Gómez. Ahora quedaba lo más complicado, el juicio.
En el capítulo de hoy, Lola cambia de opinión y permite a sus padres ir al juicio a apoyarla, al mismo tiempo que Alicia intenta desprestigiar a Lola como mujer al interrogar a Román y preguntarle acerca de la relación que ambos sostienen desde hace algún tiempo. Mientras tanto, Quintero descubre que Silvia ha alquilado un despacho profesional para darle una sorpresa y ahora podrán trabajar juntitos en amor y compañía.

Por otro lado, Crespo le confiesa a Alicia que Elena y él vuelven a estar juntos. La reacción de Alicia no es la mejor. Sigue sin estar de acuerdo con esta relación. A su vez, Sofía decide rechazar la oferta para ser la nueva coreógrafa de Rafaella Carrà. Además, Benigna carga contra Peñalara ante unos periodistas y la situación entre los dos se tensa por momentos.
Marcelino advierte a Pelayo sobre las formas de Marisa a la hora de tratar a los parroquianos. Teme que comiencen a perder clientes por culpa de la recién llegada. Por otra parte, Victoria se vuelca en Malena, que atraviesa el peor momento de su vida con el tema del juicio de Lola. Y Sofía consigue una oportunidad para Rafa e Isidro la sorprende con una propuesta. Además, Benigna intenta que sus declaraciones contra Peñalara no trasciendan. Veremos a ver si, finalmente, lo consigue.

Pelayo equivoca el motivo de la ausencia de clientes en El Asturiano y ofende a Marisa con sus palabras, al mismo tiempo que Quintero consigue desestabilizar a Elena en su interrogatorio. Silvia y Quintero inician una nueva fase en su relación haciéndose con un nuevo despacho. Por otra parte, Sofía vuelve a reencontrarse con el colgante de Ester. Y los Gómez aparecen por sorpresa para apoyar a Lola, a la que Alicia pone contra las cuerdas.