En el capítulo anterior de La Promesa, Jana y Curro comparten tiempo “encerrados” en la habitación de este y es el momento idóneo para afianzar su relación de hermanos sin levantar sospechas. Curro pide hablar con Teresa cuando se entera de que ha vuelto con Petra.
Todos celebran que el conde de Ayala ya se haya ido a su viaje de negocios por Europa. Pero para su sorpresa, regresa y Cruz le invita a pasar una larga temporada con ellos.
Catalina sigue al margen de las confabulaciones de Jerónimo y Pelayo, que se resiste a ceder a las pretensiones de Míster Cavendish. Por otra parte, su boda está en boca de todos, tanto arriba como abajo. Todos sus compañeros en el servicio animan a Vera a declarar su amor por Lope.

Y la joven se lleva una inmensa decepción cuando deduce que el cocinero sigue enamorado de María Fernández. Salvador y María Fernández son amonestados por haber hablado directamente con el Marqués sobre el asunto de su boda. Salvador pide disculpas, pero María Fernández cree que es injusto y no está dispuesta a dejarlo pasar.
En el capítulo de esta tarde, en la ficción diaria de TVE; Jana aprovecha su encierro con Curro y le confiesa que hubo alguien en el pasado al que ha amado más que a nadie. Curro apunta con acierto que, por mucho que Jana se lo niegue, sigue enamorada de esa persona.

La decisión de Cruz de invitar a Ayala a La Promesa no deja a nadie indiferente. Pero afecta especialmente a Petra. ¿Qué extraño vínculo del pasado relaciona al Conde con la doncella de la marquesa? María Fernández sabe que, si quiere casarse con Salvador, debe hablar antes con Catalina.
La pareja tendrá que decidir si resignarse o protestar. Alonso y Rómulo pactan hablar con los sirvientes y monteros para desentrañar qué sucedió en la cacería.

Vera no quiere saber nada de Lope, convencida de que el corazón del cocinero sigue perteneciendo a María Fernández. María, ajena a esto, cumple con un mandado de Pía en el almacén y allí encuentra la maleta que escondió Vera.