Ana García Obregón no parece llevar de forma muy sana la muerte de su hijo. Es normal sentir dolor y añoranza por la pérdida de una persona tan próxima y querida como es un hijo, pero la familia de la presentadora parece un poco preocupada por la obsesión que tiene con el recuerdo de Aless, y la forma en que está criando a la pequeña Anita, que parece empeñada en convertirla en un clon de ella misma y de su hijo Aless, hijo del Conde Lequio.
La última ocurrencia de Ana es el empeño que pone en vestirse ella y la niña igual. No hay más que ver el posado en bañador del Hola de este año, ambas con el mismo bañador rojo, un caso que no es único, ya que en las últimas fotos hemos podido observar a Ana y a la niña con los mismos vestidos confeccionados con las mismas telas.
El vínculo entre Ana y Anita es evidente, pero aún así las hermanas de Ana le han hecho ver que podría estar obsesionada. Ella se justifica diciendo que Anita ha sido fundamental en su proceso de sanación. Incluso relata en Hola con emoción la primera palabra de la niña: "Lo primero que dijo Anita es 'papá' porque yo tengo fotos de Aless por toda la casa y estoy todo el rato 'tu papá, tu papá'".

Si se tiene en cuenta cómo llegó Anita al mundo y el motivo por el cuál fue encargada (en gran medida para suplir la ausencia del hijo perdido), surgen muchas dudas acerca de si la obsesión de la madre será sana para la niña y cómo influirá todo esto en su desarrollo emocional. Anita, quien cumplió su primer año de vida en marzo, se ha convertido en un símbolo de esperanza para Ana en su proceso de duelo por Aless, quien falleció en mayo de 2020 debido a un sarcoma de Ewing diagnosticado en 2018.
"Va a ser un verano muy especial para mí, porque va a ser como vivirlo otra vez", declara Ana en la entrevista. Esta confesión refleja el dolor que aún siente, pero también el consuelo que encuentra en su nieta. A pesar de la alegría diurna que le aporta Anita, Ana admite que las noches siguen siendo difíciles, una realidad que comparte con muchas madres que han perdido a un hijo: "Yo vivo la vida de color de rosa de día y las noches siguen siendo muy negras, muy oscuras".

Para Ana la situación de ella y de su nieta es de lo más normal, aunque naciera por gestación subrogada con el semen de su hijo muerto y por encargo de ella. Ana lo considera parte de su ciclo de vida personal y comparte una historia familiar que le ha marcado profundamente: "Cuando nació mi madre, su mamá murió en el parto y la crio también su abuela".
La presentadora explica que su propia madre tardó en saber la verdad: "El día de su primera comunión, a los siete u ocho años, su abuela le dijo: 'Mira Anita, yo no soy tu mamá. Ella murió cuando naciste y yo soy tu abuela' y mi madre respondió: 'Pues gracias, abuela-mamá, porque me has cuidado y me cuidas muy bien". Ana planea hacer algo similar con su hija que la llama mamá; "Entonces, yo soy su abuela-mamá y cuando ella tenga uso de razón se lo contaré, pero es la misma historia, exactamente igual".