En el fascinante mundo de la gastronomía, el chef Karlos Arguiñano, no deja de sorprendernos con su creatividad y buen gusto. Este año, el aclamado cocinero nos presenta una propuesta que promete revolucionar las tradicionales celebraciones navideñas: una salsa única para acompañar los mejillones. Arguiñano nos invita a explorar un nuevo universo de sabores con una receta fácil, rápida y, sobre todo, original e innovadora. Descubre con nosotros el secreto detrás de esta sorprendente salsa que promete elevar el sabor y la experiencia de tus platos.

En una receta fácil y rapidísima, Karlos nos presenta una alternativa que desafía la excusa de la falta de tiempo. Basta con limpiar los mejillones y sumergirlos en la irresistible mezcla de mostaza y txakoli que nos enseña Arguiñano, ¡y en tan solo 5-6 minutos, estarán listos para deslumbrar en la mesa!
Ingredientes para 4 personas
- 1,5 kg. de mejillones
- 3 chalotas
- 1 diente de ajo
- 100 ml. de txakoli
- 1 cucharada de mostaza de Dijon
- 1 cucharada de harina
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- 10 hojas de cebollino
- Perejil
Preparación
- Limpia los mejillones, eliminando barbas y cualquier adherencia de las conchas.
- Pica finamente el ajo y las chalotas, y agrégales a una cazuela con aceite caliente, sazona y rehoga las hortalizas a fuego suave durante 6-8 minutos.
- Incorpora la harina y rehógala. Vierte el txakoli y dale un hervor. Añade la mostaza y remueve hasta integrar. Introduce los mejillones, tapa y cocina hasta que se abran (5-6 minutos).
- Pica el cebollino y espolvorea sobre los mejillones. Sirve y decora con hojas de perejil.
- Consejos para un resultado espectacular:
- El sofrito de chalotas y ajo enriquece la salsa. Póchalos a fuego suave durante 10 minutos antes de añadir la harina.
- El txakoli aporta un toque especial al hervir, seguido de la cucharada de mostaza. Los mejillones absorberán el sabor de la salsa.
- Para servir, utiliza la concha de un mejillón como pinza, haciendo la experiencia más elegante y práctica.
- Para conservar los mejillones (no más de 2 días), envuélvelos con un trapo húmedo y colócalos en la parte más baja del refrigerador.