La cocina venezolana se caracteriza por la mezcla de aromas y sabores, fruto de la fusión de varias culturas, sin embargo, en su recetario hay un plato simple que destaca por encima de todos: los tequeños venezolanos rellenos de queso.
Estos deliciosos aperitivos son un placer para el paladar, y su receta es más fácil de lo que parece. Los ingredientes principales son el queso y la masa, pero el verdadero secreto reside en su fritura.
La masa de los tequeños es similar a la de una empanada, pero se enrolla de manera más delgada alrededor del queso. Esto permite que la masa se cocine rápidamente y se vuelva crujiente mientras que el queso se calienta y se derrite en su interior.
Su tamaño y forma los hacen perfectos para comer en cualquier ocasión, y su textura crujiente, junto al queso fundido, los convierten en un placer irresistible que compite directamente con el encanto de las arepas, el otro bocado por excelencia de la región.

Ingredientes
- Para preparar estos tradicionales tequeños, necesitarás ingredientes simples, pero que te permitan obtener un resultado excepcional. En primer lugar, el queso es el protagonista de esta receta.
- Se pueden elaborar con diferentes tipos como el queso de bola o el queso cheddar, sin embargo el más utilizado es el queso blanco debido a su textura perfecta que permite un fundido ideal al hornear.
- Por otro lado, la masa debe ser suave y elástica, lo suficientemente resistente para contener el queso y lo suficientemente suave para obtener una textura crujiente al freír.
- Además de estos dos ingredientes principales, también necesitarás aceite para freír.
Elaboración

Para comenzar, se prepara la masa de los tequeños. Esta es una parte crucial de la receta, ya que una buena masa asegura que los tequeños queden crujientes y se mantengan bien durante la fritura.
Puedes optar por hacer tu propia masa o comprar una adecuada para empanadas que te ayudará a ahorrar tiempo en la elaboración.
Una vez que la masa está lista, se corta en tiras y se envuelve alrededor del queso. Este proceso requiere habilidad y paciencia, pero el resultado es una delicia crujiente que deleitará a todos los comensales.
La fritura es la etapa final de esta elaboración, y es sin duda el paso que hace que estos aperitivos sean tan irresistibles. Para lograr una fritura perfecta, el aceite debe estar a una temperatura media para evitar que, si está frío, se pongan aceitosos o, si está caliente se quemen de inmediato.
Calienta abundante aceite en una sartén e introdúcelos a tandas para freírlos. Una vez que estén doraditos, retíralos y escurre sobre papel absorbente.
Generalmente, se sirven calientes, ya sea solos o acompañados de alguna salsa para mojar. Aunque se pueden comer con las manos, también se pueden presentar con palillos para facilitar su consumo. La forma tradicional de servirlos es en una bandeja, uno al lado del otro, formando una pirámide.