Halloumi, el queso chipriota ideal para hacer a la parrilla

Blando por dentro y con un toque crujiente por fuera. El Halloumi es el queso que no se derrite que querrás incorporar a todas tus comidas.
halloumi a la parrilla

¿Un queso que no se derrite? ¿Que se puede hacer a la parrilla? Lo necesitamos en nuestra nevera ya. Es el queso Halloumi, y proviene de la isla de Chipre. Tradicionalmente, se elabora con leche de cabra y leche de oveja y durante muchos años ha sido uno de los alimentos básicos de campesinos y pastores. Es de color blanco y muy similar al queso mozzarella italiano, pero el Halloumi tiene un sabor algo salado, fresco y con aroma lácteo. Incluso puede apreciarse en él cierto sabor a leche. No es ácido, y su forma es lisa y firme. Actualmente también se prepara con leche de vaca con el objetivo de abaratar los costes de producción.

Características

halloumi fresco

Presenta una textura elástica y al mismo tiempo ligeramente fibrosa. Está preparado con cuajada (el cuajo es una sustancia que contiene las enzimas necesarias para poder cuajar la leche y que puede ser de origen animal, vegetal, micriobiano o genético), que se cocina y se deposita después en agua salada. A veces se agrega menta como agente protector para evitar que las bacterias se multipliquen. Después, la cuajada se pliega y almacena en jugo natural con agua y sal, se empaqueta al vacío y se congela durante el período de un año a una temperatura aproximada de -18ºC. 

Una de las características especiales de este queso es que no se derrite, como ocurre con muchos otros, sino que mantiene su forma de medallón de color ligeramente dorado. Esta resistencia al calor hace que sea el queso perfecto para preparar a la sartén o a la parrilla. Su interior se conservará blando pero sin llegar a fundirse, mientras que en su exterior se formará una capa crujiente, dorada y muy apetecible.

¿Cómo preparamos el queso Halloumi?

halloumi brochetas

Al ser un alimento extremadamente versátil, se puede consumir fresco en ensaladas, a modo de entrante o acompañado de otros quesos. Aunque como su característica estrella es que no se funde, podemos experimentar con él ya sea a la sartén o a la parrilla. 

Basta con añadir unas gotitas de aceite a la sartén (no mucho para evitar que quede demasiado grasiento) y dorar por cada lado hasta que veamos que va adquiriendo un tono tostado. Pero cuidado, ¡no se te vaya a pasar! Así, bien tostadito, se puede convertir en el elemento perfecto para animar cualquier brocheta o incluso plato de pasta. 

En Chipre, su lugar de origen, apuestan por una elaboración sencilla y lo sirven frito rociándolo con unas gotas de limón y un toque de menta… ¡y listo! Aunque para aquellas a las que les guste el contraste de sabores, puede mezclarse con frutas como el melón o la sandía, creando una especie de ‘montadito’ en el que haya dos capas de queso y queden en medio los pedacitos de fruta. 

Respecto a dónde comprarlo y aunque quizá no habías oído hablar mucho de él, puedes encontrarlo en la mayoría de grandes superficies. ¡Ya no tienes excusa para no probarlo y dar un toque único a tus platos!

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