Hay pocas frutas que se puedan aprovechar más a la hora de hacer ricos postres que las manzanas. Hace poco te contamos, por ejemplo, cómo preparar una deliciosa compota de manzanas, una especie de puré endulzado con azúcar y canela que triunfa en ocasiones festivas. Y hoy te proponemos una nueva receta para aprovechar este postre dulce y reconfortante, llevándolo al siguiente nivel y preparando con él un delicioso pastel.
El pastel o el bizcocho de compota de manzana es perfecto, por ejemplo, para los días de Navidad. Esponjoso y muy fácil de preparar, gusta a todo el mundo y con el paso del tiempo se ha convertido en uno de los postres más típicos en países como Estados Unidos cuando llega el invierno.. ¿Interesada en hacer esta tarta en casa? Toma nota de su fácil receta. ¡Te encantará!
Ingredientes que necesitas:
- 350 gramos de azúcar
- 6 manzanas
- 160 gramos de mantequilla
- 2 huevos
- 80 gramos de leche
- 160 gramos de harina de repostería
- 1 sobre de levadura química
- Canela en polvo
Paso a paso
Para empezar pon una olla a fuego suave y echa a ella los 250 gramos de azúcar, 4 manzanas peladas y troceadas y la mantequilla. Deja cocer la compota durante 30 minutos, removiéndola de vez en cuando para que no se pegue ni se queme.
Pasado ese tiempo retira la olla del fuego y deja que la compota se temple. Cuando esté templada, añade los huevos, la leche, el azúcar restante, la harina y el sobre con la levadura. Vuelve a mezclar bien todos los ingredientes con unas varillas eléctricas o una batidora, de forma que se integren bien y consigas un masa homogénea y sin grumos
Por otra parte, forra con papel de hornear un molde redondo y vierte en él la mezcla caliente. Alisa la superficie y añade también las 2 manzanas restantes cortadas en láminas finas a modo de decoración por encima. Para terminar, espolvorea el pastel con un poco de canela. Mete el bizcocho en el horno a 180ºC durante unos 45-50 minutos… ¡y listo!
Puedes tomar este pastel recién hecho, como merienda o como postre, acompañado de un chocolate caliente, un té o un buen café; o conservarlo para tomarlo más adelante. En ese caso guárdalo dentro de un recipiente hermético y déjalo en un armario a temperatura ambiente, para que no se quede seco. ¡Y a disfrutar!