Un año más, el calendario se acerca a toda velocidad al 14 de febrero. Ya sabes lo que eso significa; te guste más o te guste menos, San Valentín ya está aquí.
Quizá seas de los que no celebra esta fecha, de los que no tiene con quien hacerlo o incluso puede que te horrorice, pero en estos tres supuestos, compatibles entre ellos, no creo que hayas llegado hasta este punto de la lectura, así que el punto de partida está claro: quien pincha en este tipo de piezas es porque acepta, e incluso disfruta, de las reglas del juego. Y las de San Valentín, por qué no decirlo, pueden ser divertidas y muy disfrutables.
Dejando a un lado el dudoso gusto estético de esta celebración anual para festejar el amor, todos los demás ingredientes de San Valentín tienen su punto. La exaltación del amor no puede ser mala, sobre todo si el halagador o halagadora demuestra conocer al halagado o halagada. Porque entonces, en este caso, se elimina de un plumazo el riesgo de fracaso con los detalles escogidos para este día.
Estos pueden ser bienes materiales de largo plazo. Vas a la tienda, o te metes en internet, lo compras a su gusto y listo. Pero también pueden ser bienes materiales efímeros que te lo curres de verdad. Y en este grupo de regalos por San Valentin destacan por encima de todos las cenas 100% caseras.
No entramos en la decoración de la mesa ni en el ambiente que crees en casa para una noche especial como esta. Ni siquiera lo hacemos en la parte salada del menú porque lo suyo es que no arriesgues demasiado y prepares algo que tengas controlado y sepas que le gusta a tu pareja. Sin embargo, si te animamos a salirte un poco de la autovía en el postre.
El dulce es la guinda de una cena así, la transición entre la mesa y la sobremesa, y no es una sobremesa cualquiera la de San Valentín. Por eso, es el momento ideal para coger una carretera de curvas y tratar de hacer algo acorde con la noche que es. Si habéis acertado con la parte salada, el aprobado ya lo tenéis, así que tenéis que apostar por alcanzar la matrícula de honor o por lo menos el sobresaliente. Y el postre os puede dar esa nota.
Nosotros, por si os sirve de ayuda, hemos recopilado 10 postres de dificultad y originalidad variada para que no falléis en una cena tan señalada como la del 14 de febrero. Hay opciones más elaboradas, algunas un punto horteras porque de lo contrario no sería un postre de San Valentín, pero todas ricas y con alternativas sencillas de elaborar para que los novatos y novatas con la repostería no tengan miedo a intentarlo.
Tarta de fresas y yogur
Esta tarta no solo es fácil de preparar y tiene un sabor que siempre triunfa, es que además es rápida y ni siquiera requiere del uso del horno. Una base de galletas con mantequilla sobre la que se coloca una crema de yogur con fresas (puede ser también de otros ingredientes como limón, kiwi o manzana si lo prefieres).

Coulant de chocolate
Dependiendo de como afrontes la preparación del coulant de chocolate puede ser un fracaso o un acierto mayúsculo. Son muchos los detalles que debes tener en cuenta para que salga a pedir de boca pero es mucho más sencillo de lo que parece. ¡Anímate!

Red velvet
La tarta conocida como Red Velvet es por su intenso color una idea genial con la que sorprender el Día de San Valentín. La clave es, además de conseguir el tono adecuado, hacer que el bizcocho sea esponjoso y jugoso.

Mousse de chocolate
Otro clásico para los amantes del chocolate es el mousse. Dependiendo del gusto puede hacerse con un porcentaje de cacao más o menos intenso pero, en cualquier caso, lo que marcará la diferencia será la consistencia y la textura del mismo.

Pasteles de chocolate blanco
Chocolate blanco, queso crema, leche, galletas y un poco de ron son los ingredientes que necesitarás para preparar estos pequeños pasteles con los que sorprender a tu pareja el próximo 14 de febrero.

Pavlova
La Pavlova es uno de los postres más delicados, por eso nada como un 14 de febrero para probar a cocinarlo por primera vez. No será fácil puesto que requiere de capas de merengue y relleno con una crema chantilly de modo que quede crujiente por fuera y cremoso y ligero por dentro pero, ¿a quién no le gusta un reto?

Tortitas
Si tu pareja es amante de las tortitas, no lo dudes. Son además un recurso genial si el dulce que buscas es para merendar o desayunar porque no podéis disfrutar de una comida al completo juntos. Busca un buen acompañamiento para ellas, colócalas en una torre para que resulten más apetitosas y ¡a disfrutar!

Shortbread
Otra alternativa para disfrutar en caso de que sea merienda o desayuno es optar por estas dulces galletas británicas con las que se le hará la boca agua. Busca un molde de corazón por San Valentín y disfrutadlas como se merecen.

Tarta de manzana
La tarta de manzana es otro dulce tradicional para terminar una buena cena. Puedes aprovechar el romanticismo y prepararlo, en lugar de en formato grande, en porciones individuales a las que dar forma de rosa con el hojaldre. Llevará más trabajo pero el resultado será aún más bonito.

Fruta y chocolate
Si no eres nada manitas en la cocina, ve sobre seguro comprando ingredientes perfectos para un día como este. Una selección de buena fruta como fresas o frambuesas con un buen chocolate en tableta o fundido, no fallarán.
