“¡Mamá! ¿Qué hay de cenar?” es la pregunta que más se escucha a media tarde en los hogares españoles. A veces, cada vez más afortunadamente, ese mamá se cambia por un “papá”, pero el objetivo de los más pequeños de la casa es el mismo: saber qué se van a llevar a la boca esa noche. En una proporción mayor de lo que debería darse, la respuesta a esta pregunta tiene como protagonista algún plato frito y, lo que es peor, de origen industrial: croquetas, empanadillas, las llamadas varitas de merluza, etc. Y a esto sí que es urgente ponerle remedio.
Ya no hablamos de variar más la dieta, sino simplemente de cocinar casero. Y empezar por precisamente por hacerlo con los platos favoritos de los críos es la mejor de las decisiones. Por su salud, por supuesto, pero también por su disfrute, ya que no hay color entre unas buenas croquetas caseras y otras que no lo sean. Ya te mostramos recientemente cómo sacarle todo el partido a estas y cómo sumar a su valor nutritivo un plus saludable aprendiendo formas alternativas para cocinarlas, y ahora hemos decidido hacer lo propio con las empanadillas, otro de los snacks -se comen mucho como plato único también- que más juego dan en casa. Que están muy ricas las de atún, mamá, pero la monotonía puede hacer que se le llegue a coger manía incluso a los platos que más nos gustan.
Alterna los rellenos
Por eso, la primera idea para cocinar empanadillas originales es alternar los rellenos. Una empanadilla, como una pizza, acepta casi cualquier cosa que le pongas en su interior. Dado que suelen gustar mucho, son un buen pretexto para fomentar el consumo de verdura entre los peques, así que una idea fantástica es rellenarlas con un mix de verduras previamente pochadas o con la ración que congelaste del último pisto que hiciste. Otras alternativas al atún con tomate son la mozzarella, las setas o el pollo, que funciona muy bien con cebolla caramelizada y también con maíz en las empanadillas. Entre el pescado, el bacalao, como bien saben los portugueses, siempre es una materia prima agradecida.

Casi al mismo tiempo que escoges el sabor -cuanto más varíes, más divertido es comerlas y, sobre todo, más ayudarás a abrir su mente a tus hijos-, toca pensar en la masa, que en vez de comprarla hecha siempre es más recomendable hacerla en casa aunque lleve más tiempo y esfuerzo. El punto original en este caso se lo puedes dar de tres maneras distintas: añadiendo una pizca de zumo de limón a la masa tradicional; variando la harina integral que uses por una de avena o quinoa, por ejemplo; o añadiendo leche a la receta y no solo agua -divide la cantidad de esta a la mitad-. Las dos últimas medidas son perfectamente compatibles.
Además, podríamos una cuarta vía darle tu toque personal a las empanadillas caseras a través de la masa: alternando su forma tradicional. En este punto, la imaginación, tu maña y el tamaño de la oblea son los únicos límites. De corazón, en semiluna e incluso imitando la forma de las piruletas con palo incluido, tienes un montón de ideas al respecto en las redes sociales por si no te viene la inspiración.

Cuando tengas montadas y cerradas tus empanadillas, a la hora de cocinarlas, el factor sorpresa es la técnica la técnica que utilices para ello. Si quieres sorprender, puedes optar por el horneado, como ya te propusimos con las croquetas, pero también con el vapor, al estilo de las gyozas japonesas. Ambas son opciones más saludables que la de sumergirlas en aceite hirviendo, aunque la textura de la masa quedará diferente, evidentemente.
Por otro lado, además de jugar con los rellenos, con la masa y con la elaboración de las empanadillas, y de alternar distintas partes del cocinado y de la masa, las puedes acompañar con alguna salsa casera para que los peques mojen, que eso de pringarse los dedos y la boca es algo que suele gustarles mucho. Evita las industriales, y trata de adaptar la salsa al relleno que hayas escogido. Puedes hacer desde una barbacoa si son de alguna carne hasta una salsa de queso si las has hecho de setas, por ejemplo.
Con estas cinco ideas ya tendrías más que de sobra para elaborar las empanadillas caseras más originales, pero todavía vamos a compartir una más contigo a modo de postre, nunca mejor dicho. Y es que quizá no sepas que las empanadillas pueden hacerse en clave dulce también, al estilo de las famosas truchas canarias, muy típicas en la gastronomía insular de las Islas Canarias.
Ni siquiera es necesario que adaptes la masa; basta con pensar un relleno que tenga sentido para hacer las delicias de pequeños (y mayores). Nosotros te proponemos dos que tienen nuestra bendición: de plátano y chocolate y de manzana con canela. ¡Riquísimas ambas!