Dormir bien es tan importante como alimentarse de manera saludable y hacer ejercicio. Un sueño adecuado, tanto en calidad como cantidad, permite a nuestro cuerpo reponer energías, mantener un buen estado de ánimo y controlar el estrés. Consumir alimentos ligeros y con pocas grasas en la cena es un método para favorecer el sueño. Uno de los más recomendables para la última comida del día es el pescado, fuente natural de Omega 3.
Gracias a su contenido en Omega 3, el pescado estimula la producción de melatonina, que regula los ciclos del sueño. La segrega la glándula pineal de nuestro sistema endocrino y aporta muchos más beneficios de los que crees, pues también es un potente antioxidante, ayuda a combatir las enfermedades cardiovasculares, protege contra la diabetes y mejora el sistema inmunitario.
Las bondades del pescado para inducir el sueño han sido probadas por la ciencia. En un estudio realizado por la Universidad de Pensilvania, se analizó a 541 escolares para determinar la influencia del pescado en la calidad del sueño. La investigación mostró que los que comían pescado con frecuencia tenían menos problemas para dormir.
El pescado azul, el mejor aliado para un buen descanso
Todos los pescados aportan Omega 3, pero los que más tienen son los pescados azules como la caballa, el salmón, el bonito, la sardina o el jurel. Los expertos recomiendan consumir al menos dos porciones de alguno de estos pescados a la semana.
Por otro lado, el magnesio que proviene del pescado ayuda a desactivar la adrenalina del cuerpo a causa del estrés. Este mineral equilibra los neurotransmisores regulando el sistema nervioso, lo que lo convierte en un buen aliado para combatir la ansiedad y la depresión. De hecho, un estudio publicado en la revista Magnesium Research afirma que los adultos diagnosticados con depresión experimentaron una mejoría similar a los medicamentos recibiendo 450 mg de magnesio al día. Además, actúa sobre la melatonina, por lo que estamos ante un mineral clave para un buen descanso. Se encuentra no solo en el pescado, sino también en el huevo (concretamente, en la yema), los cereales, el chocolate negro y los frutos secos.
El pescado azul también contiene calcio, mineral al que todos conocemos por la importancia que tiene a la hora de cuidar los huesos, aunque también desempeña otras funciones menos conocidas. Este mineral es clave para conciliar el sueño ya que sus ciclos y su duración están directamente relacionados con la cantidad de calcio disponible para el cerebro. Para que se asimile correctamente, el calcio necesita un correcto aporte de vitamina D, nutriente que también se encuentra en la mayoría de pescados grasos.
En comparación con otro tipo de carnes, el pescado se digiere con mayor facilidad. ¿Sabías que para digerir el pollo se necesitan dos horas? Un tiempo que todavía es mayor si hablamos de la carne de cerdo, que requiere nada menos que cuatro. Pues bien, el pescado solo tarda entre 30 y 40 minutos, lo cual lo convierte en el alimento perfecto para evitar la pesadez de estómago y, por lo tanto, ayudarnos a dormir mejor. Para aprovechar al máximo sus beneficios, deberíamos optar por métodos de cocción saludables. Es decir, nada de pescado frito. En su lugar, mejor opta por prepararlo al horno, en papillote, a la plancha o al vapor.