Enclavado al sur de la provincia valenciana, Llocnou de la Corona emerge como un tesoro diminuto, un rincón donde el encanto se mide en historias entrelazadas y calles acogedoras. Este municipio, que ostenta el título del más pequeño de toda España, (mide 130 metros de ancho y 250 metros de largo) cuenta con 118 habitantes, con seis pintorescas calles y una atmósfera que respira historia y hospitalidad.

Atrás quedan los días del siglo XVII, cuando Llocnou de la Corona se gestó como un antiguo convento con algunas casas al servicio de la fe. Su crecimiento fue pausado pero constante, y hoy, el centro de atención es su iglesia de la Virgen del Rosario, un hito que da vida al corazón del pueblo. Sin embargo, no se puede pasar por alto la celebración anual de las fiestas patronales del Corpus Christi, que añaden una nota festiva y colorida a la vida de este diminuto rincón español.
Con un casco antiguo que abarca apenas 130 metros de ancho y 250 metros de largo, Llocnou de la Corona se presenta como una joya que resiste el paso del tiempo. Pero, ¿cómo llegamos a este tesoro escondido desde la bulliciosa Valencia? Aproximadamente a 20 kilómetros al sur, por la carretera A-7, se revela este pequeño mundo lleno de tradición y autenticidad. Para los viajeros, los autobuses regionales que conectan Valencia con este tesoro permiten una entrada a la paz y la serenidad que caracterizan a Llocnou de la Corona.
La cercanía al Parque Natural de la Albufera agrega un toque adicional a la experiencia, brindando a los visitantes la oportunidad de fusionar la exploración del encantador pueblo con la rica belleza natural que abraza la región. Así, Llocnou de la Corona no solo destaca por su tamaño diminuto, sino por ser un recordatorio encantador de que la grandeza se encuentra en la autenticidad, la historia y la cálida bienvenida de sus habitantes.