La sandía es una de las frutas que más triunfan en verano. Le gusta a casi todo el mundo por su intenso sabor dulce y la sensación refrescante que nos deja cuando la comemos bien fría. Además, desde hace unos años podemos encontrar variedades sin semillas en cualquier frutería, así que es fácil de consumir y además es saludable. Se podría decir que son todo ventajas. O casi todo…

Si tuviéramos que hablar de inconvenientes, quizá tendríamos que fijarnos en el momento de la compra. Se trata de una fruta bastante cara, si consideramos que el precio de una pieza puede rondar los siete euros (aunque, por otra parte, no lo es tanto, si tenemos en cuenta el precio por kilo).
Por eso hay que pensárselo bien antes de hacer la compra. Porque no hay cosa que dé más rabia que gastar esa cantidad de dinero en una sandía y que al abrirla veamos que no está buena, ya sea por estar demasiado madura o por todo lo contrario, es decir, por estar inmadura.
Esto explica que en las fruterías y los supermercados encontremos a muchas personas dando golpecitos a las sandías o levantándolas entre las manos. Todo vale para tratar de saber si la sandía se encuentra en su mejor momento. Pero ¿realmente funcionan esos métodos? ¿Podemos hacer algo efectivo para conocer el grado de maduración de la sandía?
Comprobando el estado de maduración de la sandía en el campo
El punto de maduración cobra especial importancia en la sandía, porque a diferencia de lo que ocurre con otras frutas, como los plátanos o los aguacates, una vez recolectada no madura. Es decir, si compramos un plátano inmaduro, solo tenemos que dejarlo durante unos días en la cocina para que acabe madurando, pero esto no sucede con las sandías. Por eso se clasifican dentro de lo que se conoce como frutas climatéricas, entre las que se encuentran otras como las naranjas o las uvas.
Esto significa que los agricultores deben afinar bien para recolectar las sandías en el mejor momento de maduración. Para ello pueden fijarse en algunas pistas, como el estado de la planta; por ejemplo, si el zarcillo que está unido a la fruta se está marchitando, es muy probable que la sandía ya esté madura. Aunque es mucho más fiable y efectivo utilizar métodos objetivos, como el análisis de los azúcares, que se realiza con un aparato llamado refractómetro. A medida que la fruta madura, la cantidad de azúcares aumenta, así que se puede conocer cuál es el mejor momento para recolectarla.
Comprobando el estado de maduración de la sandía en la tienda
Teniendo en cuenta lo que acabamos de comentar, podemos entender que la gran mayoría de las veces, las sandías que se comercializan hoy en día suelen estar en su momento óptimo de maduración. Pero sabemos que esto no siempre ocurre. ¿A quién no le ha pasado alguna vez eso de abrir una y encontrar el interior de color rojo pálido por encontrarse demasiado inmadura, o por el contrario, de rojo oscuro y apagado, por estar demasiado madura?
Esto es una obviedad, pero para elegir bien, lo mejor es preguntar al personal de la frutería. Lo que ocurre es que hay veces que no podemos o no queremos hacerlo, así que en esos casos en los que nos toca decidir por nuestra cuenta podemos fijarnos en algunos detalles que pueden ayudarnos.

El primero de ellos es el aspecto. Las sandías crecen sobre el suelo, así que hay una parte a la que nunca le da el sol. Esta zona, que se llama cama, cambia de color a medida que la fruta madura, así que, si es blanquecina, significa que la sandía todavía está inmadura, mientras que si es de color amarillo intenso o casi naranja, quiere decir que está sobremadurada. Lo ideal sería que la cama fuera de color amarillo claro.
Otros detalles que nos pueden dar pistas del estado de maduración de la sandía tienen que ver con la textura, el peso y el sonido. Cuando la fruta alcanza su punto óptimo, las células acumulan mucha agua y eso hace que la pieza pese mucho, que su piel sea tersa y lisa.
También es lo que explica el tipo de sonido al golpearla suavemente con los nudillos o con la punta de los dedos: si es demasiado resonante, aún estará inmadura, mientras que, si es ligeramente más suave, estará en su mejor momento. En caso de que el sonido sea apagado, lo más probable es que la sandía esté demasiado madura, porque en esa fase las células ya han perdido agua.
En definitiva, esos trucos que se suelen utilizar para tratar de comprobar el estado de maduración de la sandía no son muy precisos, pero tienen fundamento y pueden orientarnos a la hora de hacer la compra.