La sandía es sin duda una de las frutas más refrescantes del verano, pero lo que muchos no saben es que puede esconder peligros si no se manipula adecuadamente. Al entrar en fruterías y supermercados, es común ver sandías cortadas, lo que facilita su compra debido a su gran tamaño y peso. Sin embargo, esta práctica puede aumentar el riesgo de contaminación bacteriana.
Al cortar una sandía, se elimina su barrera natural, la cáscara, exponiendo la pulpa jugosa y vulnerable a bacterias del entorno. Así es como lo explica la experta en nutrición y divulgadora de contenido María Llurc. Este riesgo se incrementa cuando las piezas cortadas se dejan a temperatura ambiente durante largos periodos, lo que puede propiciar la proliferación de bacterias como la Salmonella o la E. coli.
Consejos para comprar siempre una sandía en perfectas condiciones

Para minimizar los riesgos al consumir sandía, la experta en nutrición, María de Lluc, recomienda adquirirla entera y cortarla en casa. Y es que al romper con la barrera protectora natural de la fruta, los gérmenes pueden comenzar a reproducirse en su interior. Esto reduce la posibilidad de que la fruta entre en contacto con superficies contaminadas. Si decides comprarla ya cortada, la experta advierte que se debe asegurar que ha estado refrigerada y no ha permanecido a temperatura ambiente por más de tres horas.
Además, es crucial lavar bien la superficie de la sandía antes de cortarla. Utiliza agua corriente y, si es posible, un cepillo para eliminar cualquier suciedad o bacteria adherida a la cáscara. Este simple paso puede prevenir que las bacterias se transfieran al interior de la fruta durante el corte.
La importancia de la refrigeración en frutas como la sandía o el melón

Una vez cortada, la sandía debe guardarse en el refrigerador para evitar el crecimiento bacteriano. La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria advierte que las frutas cortadas no deben permanecer a temperatura ambiente por mucho tiempo. Sobre todo cuando se trata de la estación de verano cuando las temperaturas son elevadas.
Es fundamental recordar que las bacterias pueden desarrollarse incluso en ambientes fríos, por lo que consumir la sandía lo más pronto posible después de cortarla es una buena práctica.
Impacto en la salud de las bacterias en la sandía

El consumo de sandía contaminada puede llevar a infecciones gastrointestinales, con síntomas que van desde molestias leves hasta problemas más serios, dependiendo del tipo de bacteria y la salud del consumidor. Las personas más vulnerables, como niños, ancianos y mujeres embarazadas, deben extremar las precauciones al consumir frutas cortadas.
Por ello, es esencial seguir las recomendaciones de los expertos para disfrutar de esta deliciosa fruta sin comprometer la salud. La prevención es clave para evitar problemas durante la temporada de verano.