Solomillo Wellington delicioso: sigue estos tips para que te quede perfecto
Es el plato perfecto para reuniones y eventos familiares pero, ¿sabes cómo prepararlo para que el resultado sea exquisito? Te damos algunos trucos y consejos para que el solomillos Wellington te quede de 10.
Si eres de las que adora un buen solomillo y además te declaras fan del hojaldre (tan crujientito, con ese ligero sabor a mantequilla), sin duda el solomillo Wellington tiene todas las papeletas para ser uno de tus platos favoritos. Se trata de una creación gastro ideal para celebraciones, tanto por estética como por el tamaño que puede llegar a tener, que es más bien generoso. Esta receta de origen anglosajón (de cuya historia se sabe más bien poco, por cierto) consiste en un pastel de carne compuesto de una pieza de solomillo, untado con foie gras y duxelle (una salsa o picadillo elaborado con champiñones, cebolla y mantequilla), cubierto por una capa de jamón y envuelto en una fina masa de hojaldre.
Estas características le convierten en el candidato ideal para cualquier evento al que quieras dar un toque ‘elegante’ y marcarte un plato tan sabroso como original pero, ¿sabes cómo prepararlo para que te quede digno de restaurante? Te contamos todos los tips que debes tener en cuenta para conseguirlo.

solomillo wellington sobre tabla de madera
¿Qué tipo de carne escoger?
La receta tradicional se elabora con solomillo de ternera e incluso buey, pero realmente puedes versionarla con solomillo de cerdo y quedará igualmente deliciosa. Además, esta opción siempre resultará más económica. Para evitar desastres y dejar la pieza de carne ‘bonita’, mejor pídele al carnicero que limpie la carne. Así quedará libre de grasa y esas ‘telillas’ que solemos encontrar en algunos cortes.
El papel film, tu mejor aliado
Si este plato se caracteriza por algo, es porque cuando se hace un corte y se sirve, pueden distinguirse perfectamente todos los ingredientes que lo componen. Por eso hay que hacer una especie de ‘rollito’ con la carne y el resto de ingredientes, que quede compacto como si fuera un bloque. Para eso utiliza papel film. Ve colocando el jamón y el resto de ingredientes de manera uniforme sobre un trozo de papel, y después coloca el solomillo. Enróllalo fuerte para que todo quede bien integrado. ¡Listo!
Un hojaldre en su punto
Puedes utilizar hojaldre fresco o incluso congelado, no hay problema al respecto. A veces el hojaldre no ‘pega’ bien, así que necesitaremos un pincel y huevo para solucionar el percance. Además, este paso aportará ese aspecto brillante tan característico al hojaldre. En el horno adquirirá un tono tostado y un poco dorado que será indicativo de que ya tenemos ready nuestro plato.
Puedes prepararlo con antelación
Esta es una de las grandes ventajas de este plato. Si no te gusta ir con prisas o si simplemente lo prefieres así, puedes dejar el solomillo Wellington ya preparado y sacarlo dos horas antes de que lo quieras utilizar. Después lo horneas… ¡Y dejas de preocuparte!
Saca tu lado creativo
La receta clásica es la que es, pero siempre puedes introducir cambios que se ajusten más a tus gustos o si prefieres arriesgar un poco. Por ejemplo, puedes cambiar el jamón por finas tiras de bacon y podrías añadirles especias como curry.