Cómo cocinar cordero según el corte
Olvídate de que el cordero solo sea para ocasiones especiales. Te descubrimos algunos cortes que quizá no conocías y te contamos qué método de cocinado le va mejor a cada uno. ¡Al lío!
Aunque se suela consumir en ocasiones y celebraciones especiales más que de manera cotidiana, el cordero es uno de las carnes más valoradas por su inconfundible sabor y suavidad en la boca (¿quién no ha tenido la sensación de que se le deshacía en la boca?
Eso sí, es necesario distinguir entre dos tipos de lechazo, que se diferencian por el tiempo de vida con el que es sacrificado el animal. El cordero lechal, por ejemplo, es sacrificado a los 25 días de edad mientras que el cordero pascual se sacrifica ya pasados los 4 meses de edad. Este es el que tiene un sabor mucho más intenso.
A nivel nutricional, la carne de cordero aporta una alta cantidad de beneficios debido a su alto contenido en proteínas (de alto valor biológico), y es fuente de vitaminas B3,B6, B12 y B2. Además, contiene zinc y fósforo.
Por eso, conviene quitarle el sanbenito de ser una carne solo apta para días señalados, ya que hay muchos más cortes además de las archiconocidas chuletillas o la paleta de cordero. Cortes que podemos incorporar a nuestra cocina habitual y con los que posiblemente no habías contado. Y aunque elegir qué pieza de cordero quieres es importante, también lo es saber cómo cocinarla para poder disfrutarla al máximo. Vamos a ello.
A la plancha
Sí amigas, hay cortes que podemos cocinar a la plancha y que van a resultar igualmente deliciosos. Por ejemplo, encontramos el filete fino de cordero, que puedes hacer a fuego fuerte con un chorrito de aceite y en dos minutos. También te presentamos a los tournedós, un corte que por algún motivo no goza de tanto reconocimiento pero que resulta perfecto para hacer filetes finos y jugosos. A la hora de cocinarlos, pon el fuego a temperatura media y deja que se hagan 4 minutos por cada lado. Más rápido imposible, ¿o no?
No conviene olvidar que también podemos preparar a la plancha el churrasco (bastará con una gotita de aceite porque normalmente se hacen sobre su propia grasa) y algunas partes de la casquería, como son las mollejas o las madejas. En ese caso conviene seguir a pies puntillas nuestra receta de referencia. Y no os olvidéis, amantes de las hamburguesas, que también podéis encontrarlas de cordero para salir de la rutina.
Al horno
Es el método más extendido, especialmente para cortes como la paletilla de cordero. Durante 30º, la asaremos a 150º por uno de los lados, añadiendo agua o vino blanco para que no se seque, y una vez dada la vuelta dejamos otra media hora. Para hacer paletilla, por ejemplo, habrá que dejarla en el horno aproximadamente unos 90 minutos.

pata de cordero a la brasa
En guiso o estofado
El cuello y la falda son las partes que más tradicionalmente se ha empleado para hacer esos guisos de toda la vida que tanto nos gustan y apetecen en los días más frescos. Podéis preparar caldereta de cordero con verduras, y una vez sofritas estas cocinaremos el cordero durante una hora aproximadamente.
También puedes guisar los jarretes, acompañándolos (igual que en el caso anterior) de un sofrito de verduras y dejando que se hagan durante unos 90 minutos a fuego medio-bajo. Otro de nuestros consejos es que si adoras las recetas internacionales y eres una foodie que no teme a experimentar con la cocina, prepares recetas como chili de cordero o cordero al estilo korma, por ejemplo.
A la brasa
¡A la rica barbacoa! Cualquier receta a la brasa es ideal para preparar al aire libre. Son muchos los cortes que pueden cocinarse con este método, aunque si hay algo que no puede faltar en una barbacoa son las chuletillas. Para que queden en su punto es imprescindible que el fuego esté fuerte, ya que las cocinaremos durante poco tiempo para que queden jugosas y no se sequen. Deja que se hagan unos 3 o 4 minutos por cada lado.
También quedan perfectos cocinados de este modo los anteriormente mencionados tournedós, que dejaremos que se hagan unos 2 minutos por lado para que su interior quede bien rosado. Los churrasquitos pueden convertirse también en una muy buena opción para hacer a la brasa, aunque en este caso el fuego deberá mantenerse bajo para que se hagan en su propia grasa y adquieran un irresistible tono dorado.