El confinamiento fue un punto de inflexión en la vida de muchas personas. Para Begoña Pérez, supuso el momento en el que despegó el proyecto por el que se ha hecho famosa: La Ordenatriz. Entonces, ya dedicaba su vida profesional al orden y la limpieza, pero fue entonces cuando sus trucos de limpieza en las redes sociales empezaron a funcionar. Menos de un lustro después, ha publicado su segundo libro: ‘Los trucos de La Ordenatriz’, una especie de enciclopedia en la que recoge todos sus trucos de limpieza, trucos como el de limpiar la silicona amarillenta de baños y cocinas según la Marie Kondo española.
En ‘Los trucos de la Ordenatriz’ (Planeta, 18,90 euros), la experta ha decidido dar continuidad a su primer libro, ‘Limpieza, orden y felicidad’, un libro en clave personal más reflexivo que práctico que ella misma describe como un libro que “nace de una necesidad de aportar una visión genérica” sobre el impacto del orden y la limpieza en la felicidad. “Sentía que era necesario hacer el segundo para avanzar después de exponer (en el primero) mi pensamiento”, apunta.

Su idea fue concretar sus trucos en esta enciclopedia o diccionario en el que tienes las soluciones para manchas “imposibles” siempre a punto. “Algo así como ‘1.080 recetas de cocina’, el libro que todos tenemos a mano desde que nos independizamos. Pensé, ¿por qué no hacer lo mismo con mis trucos?”, reflexiona La Ordenatriz.
No faltan trucos de los que te hemos hablado en Mía, como el truco infalible de la Marie Kondo española para quitar el mal olor de las zapatillas deportivas o el truco para limpiar una vajilla cuarteada y agrietada de la Marie Kondo española. Así cientos de soluciones para otros tantos tipos de manchas, todas ordenadas de la A a la Z.
A estas alturas, después de cinco años siguiendo sus trucos en las redes sociales, todos sabemos de la fiabilidad y eficacia de todo lo que recomienda La Ordenatriz, pero poco sabemos (porque no se ve) sobre el proceso previo que lleva a la Marie Kondo española a dar por bueno un truco y, por consiguiente, a publicarlo. “Mucha prueba error, me he cargado muchas cosas”, reconoce. “Por ejemplo —dice La Ordenatriz, un traje precioso que me regaló mi marido y me lo cargué con bicarbonato y vinagre”.

Estos dos ingredientes, bicarbonato y vinagre, los utiliza a menudo La Ordenatriz para sus trucos, tanto los que exigen el uso de la famosa Fórmula Mágica de La Ordenatriz, que puedes hacer en casa con estos tres ingredientes, como si no es necesaria esta mezcla. Fueron también los primeros productos con los que empezó a investigar. “En los inicios pensaba que el bicarbonato y el vinagre no servían como productos de limpieza porque había probado dos o tres veces atacada de los nervios”.
Con la pandemia, pudo dedicarle tiempo a la investigación, a la lectura y a las pruebas, con la paciencia que se puede aplicar a algo cuando sabes que no puedes salir a ningún sitio, como nos ocurrió durante el confinamiento. “Y me di cuenta de que era verdad, de que funcionaba”, asegura.
Cuenta La Ordenatriz que “una mancha se mueve” y que es cuestión de pararse a pensar “cómo trabaja una mancha, cómo se mueve, para encontrar soluciones”. La experiencia, reconoce la experta en limpieza, es clave porque ahora las ideas para solucionar una mancha le brotan antes. “Los olores, la forma, el color... una cosa te lleva a la otra”, señala.
Además, tiene la suerte de poder añadir su experiencia, sus conocimientos y sus pruebas antes de dar por bueno un truco de limpieza de contar con sus “conejillos de indias” particulares: “tengo mucha suerte por estar rodeada por una comunidad como la mía, de buena gente, y de tener amigas que aportan ideas y que se animan a probar”, afirma La Ordenatriz. “Así fue como, por ejemplo, nos dimos cuenta de que funcionaba el famoso truco para quitar el mal olor de la nevera: a cinco amigas que viven cerca se les fue la luz y las pedí que probaran”, añade.
Para La Ordenatriz, es una satisfacción poder ayudar a tanta gente con sus trucos de limpieza. “Da mucha alegría ver qué funciona”, concluye la Marie Kondo española.