¡Cuidado con el hielo que haces en casa! 5 consejos que debes tener en cuenta

Parece un proceso sencillo, pero esconde sus riesgos. Atentos a estos trucos para conseguir que tus cubitos de hielo sean sanos y resistentes.
consejos hielo casero

No hay verano sin hielo... ni refrescos, ni gin tonic, ni café fresquito. Los españoles somos muy de cubitos, tanto que, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Hielo Alimentario, tocamos a diez kilos al año por persona. Este hábito de consumo, especialmente alto cuando suben las temperaturas, tiene detrás una industria que genera importantes beneficios económicos. La mayoría de la producción va destinada a la restauración, pero ¿quién no tiene un buen surtido de hielo en casa? Aunque lo normal es comprarlo ya fabricado en bolsas, nunca está de más tener unas cuantas cubiteras de reserva en el congelador para emergencias. 

Antes de nada, resaltar que el hielo ya envasado siempre es mejor que el hielo hecho en casa. Primero porque es saludable y seguro, ya que un estudio realizado por la OCU comprobó después de analizar una partida de bolsas compradas en varias ciudades que no existían problemas de higiene o seguridad alimentaria. Segundo, los cubitos son mucho más resistentes, lo que evita que la bebida acabe aguada. Esto tiene una razón científica: se elaboran con agua blanda, es decir con pocas sales, y mantiene su sabor original con un nivel adecuado de PH. Además se someten a un proceso de secado para evitar que se peguen al ser embolsados. 

Si después de leer todo esto todavía quieres sentirte como una especie de Frozen congelándolo todo a tu paso y apostar por el hielo casero, sigue estos sencillos consejos para que enfriar no acabe calentándote la cabeza.

1. Elige recipientes de silicona, porque son muy blandos y luego no te costará nada sacar los hielos. De este modo evitarás tener que poner el molde unos segundos bajo el agua para que se despeguen o golpearlo contra la encimera para que se suelten un poco. Usa también cubiteras grandes, los hielos pequeños se derriten antes. Aprovechamos la ocasión también para decirte una obviedad: el hielo casero se hace siempre con agua potable...

2. Guárdalos adecuadamente. Nada de meter las cubiteras junto al resto de comida en el congelador, a no ser que quieras tomarte un refrescante vaso de agua con sabor a pescado. Una buena opción son las bolsas desechables para hacer hielo que tienes en los supermercados. Se rellenan, se meten en el congelador y luego se sacan los trozos de hielo de manera individual.

Hielo caseo - iStock

3. Mejor con agua hervida... Sí, eso dicen los que saben de esto, aunque parezca un contrasentido. Antes de elaborar tu hielo casero, lleva el agua a ebullición, de esta manera libera oxígeno y se consigue que el hielo quede más duro y sea más resistente. Es el secreto para que no se derrita rápidamente y estropee la bebida. Si los bares lo hacen, tú también puedes.

4. Respeta los tiempos. No tengas tanta prisa y deja que el cubito se haga bien. Esto lleva su tiempo, así que espera antes de sacarlo. Si no, puede que esté duro por fuera, pero por dentro estará aún sin acabar de hacer y eso provocará que se deshaga rápidamente.

5. Utiliza tu creatividad. Algo que en las bolsas de hielo envasado y prefabricado no puedes hacer. Hacer los cubitos en casa te permite, por ejemplo, añadirle fruta. Prueba a meter arándanos, una fresa, uvas... ¡y ya tienes el complemento perfecto para tus bebidas! También puedes incorporar unas hojitas de hierbabuena o semillas de cardamomo para aromatizar. 

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