Seguro que en los últimos meses has oído hablar de los tallarines shirataki. Estos famosos fideos de origen japonés nos ayudarían a saciarnos antes y, por lo tanto, a perder peso. La clave se encuentra en su ingrediente principal, el glucomanano, una fibra con una gran capacidad para retener agua y la responsable de su bajo aporte de calorías. Ahora bien, ¿son realmente recomendables? Te contamos todo lo que tienes que saber sobre ellos.
El glucomanano se extrae de una planta llamada konjac, con gran poder para retener el agua. Por lo tanto, los shirataki están compuestos por un 97% de agua y un 3% de fibra. Además, hay que tener en cuenta que de este 3% poco se puede aprovechar pues sus hidratos de carbono no son digeribles. Es decir, que además de no tener calorías, tampoco tienen absolutamente ningún nutriente y esto es precisamente por lo que no deberíamos consumirlos de manera frecuente.
La pasta shirataki, no tan beneficiosa como pensabas
Estos tallarines se hinchan en el estómago, por lo que tienen un gran poder saciante. Aunque esto podría parecer una ventaja, lo cierto es que la pasta shirataki no cuenta con el respaldo de los nutricionistas. Estamos hablando de una 'comida' que, debido a su escasez de nutrientes, no nos alimenta. Por tanto, si lo convertimos en un 'alimento' presente en nuestra dieta con regularidad, corremos el riesgo de desnutrirnos. Pueden ser una opción puntual para un día muy concreto, un pequeño truco con el que engañar al cuerpo, pero nada más.
Otro de los aspectos negativos de la pasta shirataki es que tampoco tiene sabor, y la textura tampoco es lo más agradable del mundo. Sabiendo esto, muchos fabricantes comercializan la pasta shirataki acompañados de salsas (normalmente con ingredientes que no nos benefician demasiado) que poco nos ayudan a cumplir con el objetivo de perder peso, si esa es la razón por la que los tomamos.
Además de nutrirnos, el acto de comer debería generarnos una sensación placentera, dos premisas que este producto no cumple. Por no hablar de que al ser tan neutros de sabor, podrían generarnos deseos de comer alimentos más sabrosos, antojos de comida no saludable que echarían por tierra nuestro propósito de perder peso. En el caso de que perdiéramos peso consumiéndolos, también perderíamos músculo, lo cual no es nada saludable y podría repercutir negativamente en nuestro organismo. Tampoco estaríamos aprendiendo a comer ni a adquirir hábitos saludables, por lo que a la larga no estaríamos ganando nada.
Otro de los factores negativos de este producto es su precio. 200 gramos de este producto cuestan 20 euros, frente a los céntimos de euro que nos cuesta un paquete de pasta. La conclusión está clara: los shirataki no son la mejor opción para añadir a nuestra dieta. Si de verdad quieres perder peso, lo más recomendable es acudir a un nutricionista que te ayude a adquirir hábitos de vida saludables que puedas mantener para toda la vida, que es lo más importante.