Seis errores que cometes al preparar mermelada casera (y cómo evitarlos)

Si vas a preparar tu propia mermelada en casa, presta atención para que no cometas estos fallos.
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No hay nada que nos guste más que hacer recetas caseras. Y entre ellas, una que siempre viene bien para animar los primeros días del otoño: las mermeladas caseras, llenas de color. Mucho más sabrosas que las compradas -y fabricadas industrialmente-, estas salsas a base de frutas servirán para darle un toque dulce a tostadas y cualquier otro postre que prepares de una forma sencilla. Además, son más saludables porque eres tú quien controla los ingredientes que les pones y las harás a tu gusto. 

Pero, ¿cómo prepararlas correctamente? Aunque es una tarea muy fácil -que solo requiere de paciencia en la cocina-, conviene evitar algunos errores comunes que se suelen pasar por alto al hacer mermeladas caseras y que hacen que el resultado final no sea el esperado. ¿Te suenan? ¡Cuidado con ellos! Una vez los conozcas y los tengas en cuenta conseguirás que las mermeladas te queden riquísimas. 

mermeladas caseras - Pexels

  1. Utilizar fruta demasiado madura. Las frutas demasiado verdes no son las mejores para hacer mermelada. La idea es que se utilicen piezas de fruta en su punto -e incluso blandas- que aporten parte de su dulzor natural. Pero tampoco deben estar demasiado maduras. Elígelas en sazón y acertarás. Fresas, frambuesas, ciruelas o melocotones tiernos son las mejores opciones.
  2. No usar la cazuela correcta. Al hacer la mermelada, es importante que utilices una cazuela grande y amplia. Recuerda que al añadir el azúcar la fruta suelta gran cantidad de agua y la mezcla se podría desbordar. ¡Y tú te podrías quemar! Mejor aparta las cazuelas pequeñas y opta por las grandes aunque no tengas pensado hacer mucha cantidad de mermelada. 
  3. No usar la suficiente pectina. La pectina, una sustancia que se encuentra naturalmente en la fruta, es vital para preparar la mermelada ya que ayuda a su coagulación. Si usas frutas bajas en pectina como las fresas o los higos, por ejemplo, no te olvides de añadir algo más a la mezcla, como puede ser pieles de manzana o jugo de limón, ricos en esta sustancia.
  4. Añadir más azúcar al final de la cocción. El azúcar debe añadirse mientras cueces las frutas, nunca después de que la mermelada ya esté prácticamente terminada. Si lo haces así, debes saber que el resultado no será el mismo…
  5. Cocinar demasiado la mermelada. Menos es más: no te pases con la cocción para terminar quemando la mermelada, es mejor que vayas poco a poco y que si te quedas corta en la cocción, vuelvas a poner al fuego la mermelada líquida. Si te pasas y la quemas, la habrás estropeado. 
  6. No prestar atención a los botes. El envase de las mermeladas es tan importante como su cocción. Los tarros que utilices deben estar previamente esterilizados, y después, sellados al vacío. Para ello debes cerrarlos muy bien, colocarlos boca abajo en una olla amplia, cubrirlos con agua hasta la mitad y cocerlos durante 20 minutos. Este paso es muy importante si quieres que la mermelada se conserve perfectamente durante mucho tiempo. Si no haces bien el paso de cerrarlos al vacío, no se conservará en perfecto estado. 

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