Jägermeister, de digestivo a bebida de discoteca

El Jägermeister ha pasado de ser un digestivo, que nació para ayudar a entrar en calor a los cazadores alemanes, a ser la bebida de moda en una noche de fiesta. ¿Cuál es su secreto?
Refrescos y bebidas alcohólicas

El Jägermeiester fue el último chupito que se toman los protagonistas de Resacón en las Vegas y despiertan al día siguiente sin saber qué ha pasado y con un panorama desolador (habitación de hotel destruida, entre otras cosas). ¿Fue el Jäger el responsable? ¿Por qué se ha puesto de moda este licor?

Pensar en un pacharán o un licor de hierbas lleva nuestra mente a un digestivo para tomar después de comer, consumido por los mayores de la familia (sí, ese que tiene tu abuela en el mueble bar y que saca tras cada comida con total ilusión y más bien poco éxito). Por el contrario, pensar en el Jägermeister suele asociarse a la noche y al público más joven.

Lo último en chupitos de moda desde hace algunos años y, que ha desbancado a los clasiquísimos chupitos de tequila, es el Jägermeister. Lo curioso es que tras todo ese halo de modernidad no hay tanta diferencia entre el Jäger y un licor de hierbas al uso. ¿Lo sabías?

¿Qué es el Jägermeister?

Esta es la primera pregunta que hay que hacerse. Pues bien, se trata de un licor de origen alemán elaborado hasta con 56 tipos de hierbas diferentes y que tiene un 35 % de contenido alcohólico. Para entendernos, un licor de hierbas, un digestivo de los de toda la vida.

De hecho en Francia lo conocen como un "licor de abuelos" y sin embargo en los últimos tiempos ha conseguido estar a los mismos niveles de consumo que bebidas como el ron o el whisky.

Un aura de misterio envuelve al Jäger: es una bebida que se elabora en Wolfenbüttel –en el estado de Baja Sajonia- y, como ocurre con la Coca-cola, se produce con una fórmula secreta que solo unos cuantos conocen.

Uno de los puntos diferenciadores de esta bebida es que antes del destilado, al alcohol neutro (etanol) y al agua se le añaden determinadas hierbas y se dejan macerar. Ese es uno de los secretos de este famoso licor.

Es diferente de otros destilados, como el ron o el vodka, ya que estos no llevan hierbas, y de otros licores de hierbas, puesto que en estos últimos se elaboran con una base de orujo y no alcohol industrial (alcohol neutro), como el Jäger.

Jägermeister en festivales - Foto: Facebook Jägermeister

El Jägermeister, un clásico digestivo de las sobremesas alemanas con una historia tan curiosa como que nació para ayudar a entrar en calor a los cazadores de la zona y que los nazis usaron como anestésico, llegó a las discotecas españolas (y a las de medio mundo) para quedarse.

Tal es su éxito que en 2015 España era en quinto mercado del mundo que más consumía este licor. Se pasó de 387.000 litros en 2005 a 1,7 millones en 2014. Una progresión asombrosa, ¿verdad?

No es un fenómeno espontáneo, la marca tiene mucho que ver en esto. Tras intentar posicionarse sin éxito en el mercado español de los digestivos, en 2008 decidieron cambiar la estrategia y convertir este licor de hierbas en una bebida para la gente joven. Para ello crearon una imagen joven del producto y lo promocionaron en multitud de eventos relacionados con los más jóvenes: conciertos de grupos de moda, festivales, fiestas, bares de moda… Y la estrategia tuvo éxito. Ahí reside el verdadero secreto de esta bebida que ha ganado auténticos seguidores en no demasiado tiempo...

Hay otras razones de peso que podrían hacer que el Jäger sea uno de los favoritos entre treintañeros: se libran del garrafón y hace que se evadan de su día a día.

Otro de los puntos que Jägermeister utiliza para cautivar a los potenciales consumidores es su marca. Es decir, no hay imitaciones, lo que hace que te libres del garrafón. Cosa, por otra parte, que te ocurre exactamente igual si pides una bebida de una marca concreta. Es decir si tomas ron y vas a un bar y pides un ron de la marca X, estás ante la misma ventaja que si bebes Jäger.

Y la segunda es que promete momentos de desinhibición y pequeñas lagunas. Cosa que seduce a muchos jóvenes con la promesa de evadirse de su día a día por un rato. Poco piensan en las consecuencias que vivirán al día siguiente... ¡Recordad a los protagonistas de Resacón en las Vegas y os pensaréis dos veces excederos con esta (o cualquier otra) bebida espirituosa!

Al igual que la absenta (otro clásico entre los clásicos), el Jäger puede llevar ajenjo, una hierba que podría tener un ligero efecto alucinógeno. Eso sí, los expertos aseguran que el tratamiento químico actual al que se someten estas bebidas hace que los efectos que esta planta produce en el cuerpo no sean nocivos y que queden totalmente anulados.

Un paso más lo dan quienes combinan Jägermeister con bebidas energéticas, como Red Bull. El procedimiento es el siguiente: se llena un vaso de chupito de Jägermeister helado y se deja caer en otro vaso más grande que contiene una de estas bebidas energéticas.

Algunos estudios señalan que esta combinación conlleva riesgos para la salud ya que se mezcla en una misma bebida un depresor del sistema nervioso, es decir, una bebida alcohólica, y un estimulante, la cafeína que llevan las bebidas energéticas. Este problema no solo surge con el Jäger, sino con cualquier bebida alcohólica que se combine con una bebida con cafeína (¿os suena el carajillo? Pues eso…).

Por lo tanto, la conclusión a la que se llega de todo esto es que el éxito del Jäger frente a cualquier licor tradicional radica en su estrategia de marketing, en encontrarse con un público que tiene predilección por lo que viene de fuera frente a los clásicos nacionales y al halo de misterio que lleva consigo.

Y aquí llega el momento de hacer una pequeña reivindicación en favor de los licores patrios, esos que tiene nuestra querida abuela guardados en el mueble bar y que no tienen una gran diferencia con este moderno licor alemán. ¿A que ahora vas a ver el pacharán con otros ojos?

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