Los trucos de conservación del queso de una nutricionista para mantenerlo fresco más tiempo

El queso es un alimento que va evolucionando a medida que pasa el tiempo. Respondemos a una duda frecuente sobre este alimento: ¿el queso caduca? La respuesta no es tan sencilla como podrías pensar…
Conservación del queso
Múltiples quesos - Cortesía de iStock.

El queso es un alimento que, a pesar de su popularidad, genera muchas preguntas en torno a su conservación y duración. La gran variedad de tipos de queso, desde el fresco hasta los de pasta dura, hace que cada uno tenga sus propias necesidades de almacenamiento.

Conocer las diferencias entre la fecha de caducidad y el consumo preferente es fundamental para disfrutar del queso en su mejor estado. Además, saber cómo conservarlo adecuadamente puede prolongar su vida útil y mantener su sabor y textura originales. Por ello, como ya te contamos cómo elegir un queso de calidad en el supermercado, ahora te contamos cómo se conservan los diferentes tipos según una nutricionista.

Fecha de caducidad vs. consumo preferente: ¿qué significan?

Conservación del queso
Mujer mirando fecha de caducidad - Cortesía de iStock.

La fecha de caducidad y el consumo preferente son dos términos que a menudo se confunden, pero tienen significados distintos. Aunque ya os contamos en un artículo qué es exactamente la fecha de consumo preferente, hoy profundizamos más en ambos conceptos.

La fecha de caducidad indica el límite hasta el cual el producto puede consumirse con seguridad. En el caso del queso, especialmente los frescos, es crucial respetar esta fecha para evitar riesgos para la salud. Por otro lado, el consumo preferente se refiere al periodo durante el cual el queso mantiene su calidad óptima, como su sabor y textura. Pasada esta fecha, el queso puede seguir siendo seguro para el consumo, aunque sus características organolépticas podrían haber cambiado.

El queso evoluciona con el tiempo, y su conservación depende en gran medida de su tipo y curación. Los quesos con mayor curación, como los de pasta dura, tienden a durar más tiempo en buen estado. Esto se debe a su menor contenido de humedad, lo que reduce el riesgo de crecimiento de moho y bacterias. Por el contrario, los quesos frescos y de pasta blanda, con mayor contenido de agua, son más perecederos y requieren un manejo más cuidadoso.

Así evoluciona el queso con el paso del tiempo

La evolución del queso a lo largo del tiempo es un proceso natural que afecta su sabor, textura y apariencia. Los quesos frescos, como el queso de Burgos, son los más delicados y deben consumirse rápidamente tras su compra. Su alto contenido de humedad los hace propensos a desarrollar moho y a perder su frescura en pocos días. Por ello, es esencial mantenerlos siempre en el frigorífico y consumirlos antes de que empiecen a oxidarse o a adquirir un color amarillento.

Los quesos de pasta blanda, como el brie o el camembert, también evolucionan, pero de manera diferente. Aunque pueden durar un poco más que los frescos, su textura cremosa y su sabor se ven afectados si no se conservan adecuadamente. Estos quesos deben mantenerse en su envase original y en el frigorífico, ya que la exposición al aire puede acelerar su deterioro.

Por otro lado, los quesos de pasta dura, como el parmesano o el cheddar, tienen una evolución más lenta. Su bajo contenido de humedad les permite conservarse durante meses, incluso después de abiertos. Sin embargo, es importante almacenarlos en condiciones que permitan su transpiración, como el uso de papel de estraza, para evitar que se resequen.

Queso fresco: siempre en el frigorífico

Conservación del queso
Queso fresco - Cortesía de iStock.

El queso fresco es un producto que debe manejarse con especial cuidado debido a su corta vida útil. Este tipo de queso, como el queso de Burgos, es altamente perecedero y debe conservarse siempre en el frigorífico. Su alto contenido de agua lo hace susceptible al crecimiento de moho y a la pérdida de frescura en pocos días. Por ello, es recomendable consumirlo lo antes posible tras su compra para disfrutar de su sabor y textura óptimos.

¿El queso fresco caducado se puede comer?

El consumo de queso fresco caducado es un tema delicado. Aunque algunos quesos pueden ser seguros para el consumo después de su fecha de consumo preferente, el queso fresco no es uno de ellos. Su alta humedad y falta de curación lo hacen propenso a desarrollar bacterias peligrosas una vez que ha caducado. Si el queso fresco ha pasado su fecha de caducidad, es mejor no arriesgarse y evitar su consumo. Además, si presenta signos de moho o un olor desagradable, es un claro indicativo de que no está en condiciones de ser consumido.

Quesos de pasta blanda: en el frigorífico

Conservación del queso
Queso brie - Cortesía de iStock.

Los quesos de pasta blanda, como el brie y la mozzarella, requieren un manejo cuidadoso para mantener su calidad. Estos quesos son conocidos por su textura cremosa y su sabor suave, pero su alto contenido de humedad los hace más propensos al deterioro. Es fundamental conservarlos en el frigorífico para prolongar su vida útil, que generalmente no supera las dos semanas. Mantenerlos en su envase original hasta el momento de su consumo es crucial para preservar su frescura.

¿Cómo guardar los quesos de pasta blanda en el frigorífico?

Para conservar los quesos de pasta blanda en el frigorífico, es importante seguir ciertas pautas. En primer lugar, deben mantenerse en su envase original hasta que se vayan a consumir. Una vez abiertos, es recomendable devolverlos a su envase y asegurarse de que esté bien cerrado antes de guardarlos nuevamente. En el caso de la mozzarella fresca, que suele venir en su propio suero, es esencial conservar el suero en un tarro hermético y devolver la mozzarella sobrante a dicho tarro para evitar que se seque.

¿Los quesos de pasta blanda se pueden congelar?

Congelar quesos de pasta blanda no es recomendable debido a su alta humedad y textura delicada. Al descongelarse, estos quesos tienden a perder su cremosidad y pueden volverse granulados. Esto afecta tanto su sabor como su apariencia, haciéndolos menos agradables para el consumo. Si bien algunos pueden optar por congelarlos en situaciones excepcionales, es mejor consumirlos frescos y evitar la congelación para preservar su calidad.

Quesos semiduros

Conservación del queso
Queso gouda - Cortesía de iStock.

Los quesos semiduros, como el gouda y el gruyère, son una opción versátil que combina sabor y durabilidad. Estos quesos pueden conservarse en el frigorífico hasta tres semanas sin perder sus propiedades. Su textura más firme y menor contenido de humedad en comparación con los quesos de pasta blanda les permite tener una vida útil más prolongada. Sin embargo, es importante almacenarlos adecuadamente para evitar que se resequen o desarrollen moho.

¿Cómo guardar los quesos semiduros en el frigorífico?

Para almacenar quesos semiduros en el frigorífico, es recomendable usar una bolsa de plástico que permita la circulación de aire. Esto ayuda a prevenir que el queso se seque mientras se conserva en el frigorífico. Asegurarse de que el queso esté bien envuelto también es clave para mantener su frescura y evitar que absorba olores de otros alimentos. De esta manera, se pueden disfrutar de sus sabores y texturas durante más tiempo.

¿Los quesos semiduros se pueden congelar?

Los quesos semiduros pueden congelarse sin mayores problemas, siempre y cuando no se mantengan en el congelador por más de dos meses. Al congelarlos, es importante asegurarse de que estén bien envueltos para evitar quemaduras por congelación. Aunque la congelación puede alterar ligeramente su textura, estos quesos suelen mantener su sabor y pueden utilizarse en diferentes preparaciones culinarias una vez descongelados.

Quesos de pasta dura

Conservación del queso
Queso manchego - Cortesía de iStock.

Los quesos de pasta dura, como el parmesano y el manchego, son conocidos por su larga vida útil y su sabor intenso. Estos quesos pueden conservarse en el frigorífico durante meses, incluso después de abiertos. Su baja humedad y textura firme los hacen menos propensos al deterioro, lo que los convierte en una opción ideal para quienes buscan un queso que dure más tiempo.

¿Cómo guardar los quesos de pasta dura en el frigorífico?

Para conservar quesos de pasta dura en el frigorífico, es esencial utilizar un envoltorio que permita la transpiración. El papel de estraza es una excelente opción, ya que ayuda a mantener el queso fresco sin que se reseque. Si no se dispone de papel de estraza, el papel encerado también es adecuado. Evitar el uso de film plástico es importante, ya que no permite que el queso respire y puede afectar su sabor.

¿Los quesos de pasta dura se pueden congelar?

Congelar quesos de pasta dura es posible, aunque puede alterar ligeramente su sabor y textura. Al descongelarlos, pueden volverse más secos y desmenuzarse al cortarlos. Sin embargo, esto no afecta su uso en recetas que requieran queso rallado o fundido. Para congelarlos, es recomendable cortarlos en porciones pequeñas y envolverlos bien para evitar la exposición al aire.

Uso del papel de estraza para conservación

El papel de estraza es un material tradicionalmente utilizado para conservar quesos de pasta dura. Su capacidad para permitir la transpiración del queso ayuda a mantener su frescura y evitar que se reseque. A diferencia del film plástico, el papel de estraza no altera el sabor del queso y es una opción más natural para su almacenamiento. Si se busca una alternativa, el papel encerado también puede cumplir esta función de manera eficaz.

El queso rallado, ¿cuánto dura?

Conservación del queso
Queso rallado - Cortesía de iStock.

El queso rallado es un producto práctico, pero su duración es limitada. Una vez abierto, puede desarrollar moho rápidamente si no se conserva adecuadamente. Por ello, es recomendable rallar el queso en casa según sea necesario, en lugar de comprar queso rallado embolsado. Esto no solo garantiza la frescura, sino que también permite elegir el tipo de queso que se prefiere. Nosotros ya te contamos por qué deberías rallar tú el queso en lugar de comprarlo rallado.

Métodos de conservación para el queso rallado

Para conservar el queso rallado, es importante almacenarlo en un recipiente hermético en el frigorífico. Si la bolsa original no tiene cierre hermético, transferir el queso a una bolsa tipo zip y extraer el aire antes de cerrarla puede ayudar a prolongar su vida útil. Otra opción es congelar el queso rallado, lo que detiene el crecimiento de moho y permite conservarlo por más tiempo sin perder su sabor.

¿En qué zona de la nevera conservar los quesos?

Conservación del queso
Queso en la nevera - Cortesía de iStock.

La ubicación en la nevera es crucial para la conservación del queso. Lo ideal es colocarlos en el estante central, donde la temperatura es más constante y menos fría que en otras áreas. Esto ayuda a mantener la textura y el sabor del queso. El cajón de la verdura también es una buena opción, ya que proporciona un ambiente ligeramente más húmedo y menos frío, adecuado para la mayoría de los quesos.

Recuerda: antes de consumir el queso, hay que atemperarlo

Atemperar el queso antes de consumirlo es un paso esencial para disfrutar plenamente de su sabor y textura. Sacar el queso del frigorífico y dejarlo a temperatura ambiente durante unos 30 minutos permite que sus aromas se desarrollen y su textura se suavice. La temperatura ideal para consumir quesos blandos es entre 18 y 20 grados, mientras que los quesos de pasta dura o semidura se disfrutan mejor entre 22 y 24 grados. Este sencillo paso puede transformar la experiencia de degustar un buen queso.

Recomendamos en