Con el cierre de la temporada navideña, llega el momento de despedirnos de los festivos adornos y, sobre todo, de prestar especial atención a la supervivencia de la hermosa flor de Pascua. Esta especie exótica que nos acompaña cada Navidad, merece cuidados adicionales para no perecer junto con las festividades. En este artículo te contamos cómo darle una segunda vida y disfrutar de sus vibrantes hojas rojas durante todo el año.

Cómo conservar la flor de pascua durante todo el año
El Transplante
Después de la Navidad, cuando la flor de Pascua comienza a perder sus hojas inferiores, es el indicio de que ha aceptado nuestra compañía y puede resistir el invierno para volver a florecer. Aprovecha este momento y transfórmala a un tiesto más espacioso. No dejes pasar más allá de febrero para realizar este cambio esencial.
La Poda
Posterior al trasplante, realiza una poda cuidadosa, cortando los tallos a unos 10 centímetros de la base, siempre por encima del nudo de las hojas. No olvides aplicar una pasta cicatrizante en los cortes. Esta labor es esencial para garantizar su supervivencia y prepararla para su próxima etapa de resplandor.
El Abonado
Tras las festividades, no demores el abonado. Entre febrero y marzo, nutre la planta con un abono de crecimiento crucial para su ciclo vegetativo. Hacia octubre o noviembre, cambia a un abono específico de floración para asegurar un florecimiento exuberante.
El Riego
Perteneciente a la familia de los cactus, la flor de Pascua no demanda grandes cantidades de agua. Riégala una o dos veces por semana, adaptando la frecuencia a las condiciones ambientales. La técnica eficaz: coloca un plato con agua debajo del tiesto y, tras 15 o 20 minutos, retira el exceso. Esa cantidad es justo lo que tu flor de Pascua necesita para brillar.
Luz y Temperatura
Mantén la temperatura entre 16 y 22 grados, evitando el exceso de calor que podría hacer que pierda sus hojas. Ubícala en un espacio bien iluminado, protegiéndola de corrientes de aire. En invierno, déjala cerca de una ventana para recibir la luz directa; en primavera, retírala del sol para evitar marchitarse. Debes darle a tu flor de Pascua el ambiente ideal para florecer.