Es cierto que la situación es algo extraña, pero no por ello es difícil de encontrar hoy en día, sobre todo en aquellas empresas en las que se valora mucho el perfil tecnológico, que es en el que las nuevas generaciones se mueven como pez en el agua. Si te hallas ante esta situación, Ana Zayas, executive manager de la consultoría Page Personnel sostiene que lo adecuado es “vivirla con perspectiva. La vida da muchas vueltas y esta solo es una de las etapas”. Así que lo conveniente es tragarse el amor propio y dejar que pase el tiempo hasta que amaine la tormenta emocional del primer impacto, ese que te lleva a pensar que cómo es posible que hayan ascendido a ‘esa niñata’
Siéntelo como un orgullo
Aunque tener que trabajar a las órdenes de una persona que antes ha sido tu becaria “no sea lo habitual”, la experta invita a verlo de una forma positiva, una que no suponga un agravio para ti. “En realidad es un orgullo que alguien que tú has formado haya evolucionado tanto y tenga ese potencial. Así que, por esa parte, deberías asumir parte del éxito y la responsabilidad que conlleva. Piensa que haber tenido la posibilidad de desarrollar un equipo es un gran logro”, comenta la experta.
Una vez hecha esta reflexión, Ana Zayas sugiere preguntarse: “¿Me hubiera gustado a mí ese puesto?”. Si la respuesta es negativa hay que “pensar en si quieres o no seguir en ese proyecto o en ese puesto de trabajo”. Si decides continuar “debes estar contenta”, señala; en cambio, si no tienes intención de proseguir, quizá sea “el momento de buscar un cambio profesional”. Si la respuesta es afirmativa “habría que averiguar por qué no te han ofrecido esa oportunidad de mejorar”. También es posible que ante el anuncio de quién va estar ahora al mando te sobrevenga la sensación de haber fracasado. La executive manager de Page Personnel dice que en ese caso “hay que pensar que este momento no ha sido el tuyo, pero se puede cambiar para que en la próxima ocasión lo sea. En el trabajo algunas veces te benefician y eres tú la que crece y otras es al revés”, detalla. La clave es que “seamos nosotros quienes dirijamos nuestra vida profesional y aprender de todas y cada una de las facetas para sacar lo positivo de ellas. De lo bueno y de lo malo siempre se aprende”, explica. Por último, Zayas indica que “hay que proyectarse en nuestra vida profesional en el largo plazo. Lo importante es seguir trabajando, mejorando y aprendiendo de los errores”.
Hay varios comportamientos que debes evitar con tu nueva jefa. Ana Zayas enumera algunos: “Procura no sacar en cada conversación el tema de que antes era tu becaria, así como las referencias a sus inicios o a todo lo que esa persona ha aprendido y le has enseñado. Evita, asimismo, comentarios que hagan ver que llevas mucho más tiempo que ella en la empresa y sabes muy bien cómo funcionan las cosas. En general, se debe eludir toda actitud que no sume, que no aporte y que suponga un obstáculo para el buen ritmo de trabajo del equipo”. Entonces ¿uál es el mejor consejo? “Creo que en un primer momento se debe ser natural y se puede comentar lo ‘raro’ que se hace que ahora hayan cambiado las tornas y ahora seas tú quien pase a reportarle. A partir de ahí, lo mejor que se puede hacer es asumirlo y seguir trabajando”, asegura Zayas.