10 trucos para una fondue perfecta

Atrévete con la fondue. ¡Es mucho más fácil de lo que parece!
10 Trucos Para Una Fondue Perfecta

Muchas veces la monotonía del día a día, puede hacer que las semanas se nos hagan un tanto cuesta arriba y estamos deseando que llegue el esperado fin de semana para poder cenar con los nuestros tranquilamente y simplemente tomar la decisión de “¿Qué vino escojo?” o “¿Qué canción ambientará la cena?” Respecto a la comida, si sois amantes incondicionales del queso te proponemos una auténtica fondue con los originales quesos de Suiza. A continuación, os damos los tips imprescindibles para preparar la fondue perfecta al más puro estilo suizo.

1. No sirve cualquier queso

Prácticamente todos los quesos sometidos a altas temperaturas se funden, pero no todos sirven para llevar a cabo una fondue. Por norma general, las variedades de queso Le Gruyère y Vacherin Fribourgeois son los grandes protagonistas de este plato, que sin afán de discriminar, se usan a partes iguales en la famosa receta de fondue moitié-moitié. Aun así, se puede echar mano de otros como el Emmental, el Raclette, Apenzeller, Tilister o Sbrinz.

La auténtica fondue suiza, a parte de queso, lleva otros muchos ingredientes que la convierten en excepcional. En primer lugar, el vino blanco. Un chorro de éste junto un poco de zumo de limón aportará sabor al plato. A aquellos más atrevidos, os recomendamos echarle zumo de manzana o vino espumoso junto con el vino blanco. Finalmente, como pequeño apunte, si queréis que la fondue se ciña lo máximo a la tradicional suiza, podéis sustituir el vino blanco por sidra con sabor afrutado.

A parte del vino, lo habitual es ponerle ajo, pimienta y nuez moscada. Por otro lado, si estáis buscando un plato que se salga de la norma, probad a poner cebollas, chalotes, comino, pimiento rojo, pimiento verde y curry. Parece una combinación explosiva y arriesgada, pero, el que no arriesga no gana y tratándose de una fondue hecha con auténticos quesos suizos, naturales y elaborados de la manera tradicional, el plato solo puede ir a mejor.

Si la fondue se corta, simplemente vuelve a colocar la olla de fondue en el fuego y añade una cucharadita de vino blanco junto con un poco de fécula de maíz disuelta en zumo de limón recién exprimido.

Por comodidad es mejor utilizar los cubiertos y recipientes adecuados. Lo ideal sería disponer de una fondue o caquelón, que es una especie de cazuelita con llama o infernillo incorporado que sirve además como fuente para el queso. Como elemento para acceder al contenido de la fondue, es mejor utilizar los tenedores de fondue ya que son más largos y pesan menos que los normales.

Estando tan buena lo más habitual es mojar pan, de ahí la famosa expresión. Recomendamos pan blanco, de cereales, de payés, baguette o pan sin gluten. Recuerda también que el queso suizo es apto para alérgicos al gluten y a la lactosa. Es recomendable que el pan tenga corteza y algo duro, así soportará mejor el calor del queso. Por otro lado, las patatas también son un gran aliado para con el plato. Igualmente, sobre gustos no hay nada escrito así que podéis probar a comerla con todo lo que se os ocurra.

Un vino blanco chispeante será el mejor copiloto de viaje durante la cena, aunque si queréis algo más ligero puesto que la propia fondue ya contiene vino, un té negro ligero es otra opción más que válida.

La fondue es un plato que no admite frases como “me he quedado con algo de hambre” puesto que suele saciar bastante y más por la noche, pero, nunca está de más poner guarnición o servir a modo de aperitivo, las flores de queso Tête de Moine.

Si la fondue queda demasiado líquida bastará con subir la potencia del fuego, añadir fécula de maíz disuelta en vino o licor de cereza y, por supuesto, más queso suizo rallado. Y si está demasiado espesa, con la potencia de la llama subida habría que poner un poco más de vino blanco a la par que se remueve todo.

Ralla más queso y añádelo junto con un poco de vino blanco, así aumentará la cantidad. Para no tener que dejar con hambre a los comensales, recomendamos que siempre compréis algo de queso de más, siempre a partes iguales, puesto que la fondue es un plato que incita a saltarse cualquier régimen y comer un poco más.

Para 4 personas:

1 diente de ajo pelado y cortado por la mitad, 400g Gruyère AOP rallado, 400 g Vacherin Fribourgeois AOP cortada en trozos, 3 ½ dl de vino blanco, 4 cucharaditas de fécula de maíz (Maizena), 1 cucharadita de jugo de limón, 1 copita de Kirsch, 1 pizca de pimienta de cayena, Trozos de pan a dados (si es del día anterior mucho mejor).

Preparación

  1. Frotar las paredes interiores de la caquelón (cazuela) con el diente de ajo.
  2. Mezclar Le Gruyère AOP y la fécula de maíz (Maizena), añadir el vino blanco y el jugo de limón, llevar a ebullición y remover.
  3. Reducir el fuego, añadir el Vacherin Fribourgeois AOP y seguir removiendo hasta que se derrita.
  4. Para terminar, añadir el kirsch, condimentar con un poco de pimienta.
  5. Finalmente colocar la caquelón en el infiernillo. 
  6. Introducir los trozos de pan y remover.

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