Hay clásicos de la gastronomía española que no deben cambiar. En ocasiones, nos sorprende más el paladar por lo primigenio del sabor que por la textura o acabado novedoso. Una de las chefs más reconocidas de España, Samanta Vallejo-Nágera, nos ha descubierto un trucazo que tenía bajo la manga increíble para conseguir que la clásica salsa de tomate salga perfecta, sin opción a fallar.
La salsa de tomate casera es un clásico que nunca pasa de moda. El primer paso para lograr una salsa espectacular es la selección de los tomates. Opta por tomates pera, conocidos por su carne firme y menor contenido de agua, lo que los hace ideales para una cocción prolongada. Si no los encuentras, cualquier tomate maduro y de piel fina será suficiente. Lo importante es que estén en su punto justo de madurez para aportar todo su sabor. A continuación, como cuando Samantha Vallejo-Nájera sobre el sofrito: "El secreto va más allá de hacerlo con ingredientes de gran calidad", ahora habla sobre los secretos de una buena salsa de tomate.
El primer paso de todos: el arte de elegir los mejores tomates
Una buena salsa de tomate comienza con una buena materia prima. Los tomates deben ser frescos y de calidad. Si tienes la posibilidad de comprarlos en un mercado local, mejor aún. Así, te aseguras de que están en su mejor momento y de que no han pasado demasiado tiempo almacenados. Recuerda que la clave está en el equilibrio.

Un tomate demasiado ácido puede arruinar la salsa, mientras que uno demasiado dulce puede no aportar la frescura necesaria. Por eso, es importante conocer el tipo de tomate que estás utilizando y ajustar los ingredientes en consecuencia. La cultura italiana es una gran profesional de esta preparación. Para que tenga un acabado dulce, caramelizado y jugoso, escogen la variedad de tomate 'San Marzano'.
El truco infalible para pelar tomates

Uno de los secretos mejor guardados de Samantha Vallejo-Nágera para una salsa de tomate perfecta es la técnica de pelado. De hecho, asegura que "es importantísimo en este paso, tener siempre un bol de agua helada". Primero, vas a hacer una pequeña cruz en la base de cada tomate y escaldarlos en agua hirviendo durante unos 30 segundos facilita el proceso. Luego, sumérgelos inmediatamente en un bol con agua helada. Este cambio abrupto de temperatura hace que la piel se desprenda casi por sí sola, dejando la pulpa lista para ser utilizada.

Este método no solo ahorra tiempo, sino que también preserva la textura del tomate, permitiendo que la salsa tenga una consistencia suave y homogénea. Además, evita que pequeños trozos de piel se cuelen en la salsa, lo que podría afectar su apariencia y textura.
Este sencillo truco es una muestra de cómo detalles aparentemente insignificantes pueden marcar una gran diferencia en el resultado final de tus platos. Así que, la próxima vez que prepares salsa de tomate, no olvides tener a mano un bol con agua y hielo.
Preparación y cocción de la salsa
Con los tomates ya pelados, el siguiente paso es la cocción. En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y añade cebolla picada y ajo laminado. Cocina a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente. Este sofrito es la base de nuestra salsa y le dará un sabor profundo y delicioso.

Una vez que el sofrito esté listo, añade los tomates pelados y picados. Deja que se cocinen a fuego lento durante unos 45 minutos, removiendo ocasionalmente. Este tiempo de cocción permite que los sabores se concentren y que la salsa adquiera esa textura espesa y rica que tanto nos gusta. Para ajustar el sabor, puedes añadir una pizca de azúcar si los tomates están muy ácidos, o un poco de pimentón dulce para darle un toque especial. No olvides sazonar con sal y pimienta al gusto antes de servir.
Conservación y uso de la salsa
Una vez que tengas tu salsa de tomate lista, es importante saber cómo conservarla para que mantenga todo su sabor. Puedes esterilizar tarros de cristal y llenarlos con la salsa caliente para conservarla durante varios meses. Otra opción es congelar la salsa en porciones pequeñas, listas para usar cuando las necesites.
La salsa de tomate casera es extremadamente versátil. Úsala como base para pizzas, acompaña tus pastas favoritas o incluso como salsa para carnes. Su sabor casero y auténtico hará que cualquier plato destaque. Con estos consejos y el truco de Samantha Vallejo-Nágera, preparar salsa de tomate casera nunca había sido tan fácil y delicioso. Atrévete a experimentar y a disfrutar de todo el sabor de una salsa hecha en casa.