Seguramente el concepto de comida o fruta deshidratada te suene más que la palabra liofilizada y es normal. En este artículo queremos que descubras las diferencias entre ambas técnicas y apuestes por conservar tus alimentos de alguna de las dos formas. Prometemos que merecerá la pena.
En primer lugar, para situarnos debemos definir brevemente ambos conceptos. Deshidratar alimentos consiste en eliminar la mayor concentración de agua posible. ¿Por qué se deshidrata la comida? Esta técnica, llevada a cabo mediante calor suave o temperatura baja, consigue conservar la mayoría de las vitaminas, minerales, nutrientes y enzimas durante mucho más tiempo, de esta forma tendrás un producto fresco siempre que quieras consumirlo. Esta técnica suele estar presente en frutas y verduras.
¿Qué significa, pues, que un alimento este liofilizado? ¡Sencillo! Es un proceso de conservación de alimentos que se congelan y descongelan sometiéndolos a un proceso de vacío a una presión atmosférica baja y evitando a toda costa añadir conservantes o colorantes. La liofilización de los alimentos también es una buena técnica para conservar las propiedades de los alimentos. Para los amantes del senderismo o de los deportes al aire libre en general, es una opción perfecta: ocupan poco espacio en la mochila y su caducidad es longeva. La duración de los alimentos liofilizados depende mucho de almacenamiento, características del producto, empaque…
Características de la comida deshidratada
Muchos estudios sentencian que el proceso de deshidratación retiene casi el 100% del contenido nutricional de los alimentos, aleja microorganismos bacterianos y mantiene la alcalinidad propia de los productos frescos.
Para mantener los alimentos frescos la deshidratación es una gran forma de conservación. Ya existen máquinas específicas que puedes adquirir para tu hogar con el que podrás realizar este proceso de una forma muy fácil. Sin embargo, también hay métodos más convencionales. Puedes hacer uso del horno, siempre y cuando tenga la capacidad de calentar a temperaturas bajas y se deje la puerta entreabiertas unos centímetros. Finalmente, el secado al sol es el de toda la vida, aunque debes tener unas condiciones climáticas estables y muy específicas (temperatura mínima de 30 grados y menos del 60% de humedad).
Deshidratar comida tiene numerosas ventajas. Puedes hacerlo con casi cualquier alimento: frutas, verduras, semillas, hierbas e incluso alguna carne o pescado, potencia el sabor, el color, la consistencia y el aspecto durante mucho tiempo. Como hemos comentado, las propiedades nutricionales se conservan casi intactas, siendo este aspecto el punto más positivo. La deshidratación de alimentos supone un gasto mucho menor que comprar paquetes de snacks deshidratados y son una gran opción para realizar un picoteo entre horas.
Hay que tener en cuenta que una vez deshidratado, deja de ser un producto fresco. En los productos deshidratados, algunos antioxidantes y compuestos bioactivos pueden perderse, y, en ambo, la sensación de saciedad al consumirlos es diferente (ejemplo: ciruelas deshidratadas podemos comernos un puñadito, pero ese mismo número de ciruelas frescas tiene la capacidad de saciarnos más rápido).
Con la comida liofilizada también puedes conservar casi cualquier alimento: carnes, frutas, vegetales, quesos e incluso café, chocolate, golosinas o galletas. Como con la deshidratación, los productos que se han sometido a este proceso conservan su sabor, su valor nutricional y tienen una vida útil larga.
Además, son superfáciles de transportar y de manipular, dos características ideales para atletas, campistas o senderistas. La comida liofilizados tienen el mismo sabor y apariencia que los frescos después de rehidratarlos para su utilización.
Finalmente, la preparación de las comidas liofilizadas es sencilla y rápida, solo tienes que rehidratarlas y en unos minutos tendrás un alimento fresco listo para consumir. Sin embargo, las etapas del proceso son seis y suelen ser lentas y bastante caras: acondicionamiento, congelación, sublimación, romper el vacío, almacenamiento y rehidratación.
Las diferencias entre ambas técnicas podemos encontrarlas principalmente en los procesos para extraer el agua. En la deshidratación, se utilizan temperaturas más altas y el agua del alimento pasa de estado líquido a gaseoso. La liofilización consiste en exponer el alimento a temperaturas frías mediante la congelación y luego someterlo a una desecación al vació, de esta forma el agua pasa de estado sólido a gaseoso, sin tocar el estado líquido.
El proceso de la comida liofilizada es mucho más lento que el de la comida deshidratada. Sin embargo, la primera técnica es capaz de conservar mejor los nutrientes y la textura ya que se elimina mayor porcentaje de agua.
La textura resultante también es distinta. La comida liofilizada tendrá una textura crujiente mientras la deshidratada una más blanda y flexible. Finalmente, su vida útil es diferente: los deshidratados pueden conservarse como mucho durante un año, en cambio, si la liofilización se hace correctamente, respetando todos los procesos, puede durar entre 15 y 25 años.
Ahora que conoces todo lo que debes saber sobre la comida liofilizada y deshidratada, ¿qué proceso es el que te llama más la atención?