Si ya es complicado convencer a buena parte de la población de la importancia de aumentar el consumo de frutas y verduras, todavía lo es más convencerles de que hay mucha vida más allá de la menestra, tanto en variedad de elaboraciones y recetas que admiten los vegetales como en el amplio abanico de tipos de verduras que existen además de las clásicas. ¿O es que, por ejemplo, habías oído alguna vez hablar de la borraja? No, no tiene nada que ver con la climatología, que es aquello a lo que suena por aquello de su parecido con borrasca…
Broma (mala) aparte, la borraja es una verdura maravillosa, uno de esos productos desconocidos que nos proporciona el campo español y que solo es admirado como se merece allí donde se produce, en La Rioja fundamentalmente, si bien es un alimento presente también en otras zonas cercanas bañadas por el Ebro como Aragón y Navarra. Para los riojanos, de hecho, la borraja es una exquisitez. Prueba de ello es que la cocinan como ingrediente principal, salteadas con un poco de ajo o hervidas con patata.
Damos fe de que está bien rica también así -y todavía mejor en un guiso con patatas y verduras-, osea que ni siquiera la prueba de fuego de la desnudez en un plato puede con la borraja, una verdura que es espigada, verde, y un poco espinosa en la parte del tallo y en las hojas, por si no la has visto nunca en su estado original. Una auténtica delicatessen, aunque otrora estuviera considerada como un producto humilde, seguramente por ese aspecto exterior sencillo y poco vistoso que guarda un gran secreto en su interior, su tierno corazón.
Lo mejor de la borraja más allá de su valor gastronómico es que no es un ingrediente caro porque, entre otros factores decisivos para ello, resiste muy bien los climas duros, por lo que no es cultivo difícil de desarrollar. No estamos hablando de los guisantes lágrima, por citar un ejemplo vegetal -son legumbres en este caso- aunque el precio, como todo lo que tiene que ver con el campo, varía cada año en función de la cosecha, que es más intensa en primavera, aunque en invierno también se puede ver en los mercados locales.
Trucos para elegir bien la borraja

A la hora de elegirlas, la vista es decisiva porque la borraja de calidad tiene un color verde intenso y uniforme; se debe ver fresca. Nada que no pase con el resto de verduras de hoja verde. Y a la hora de cocinarlas, no necesitan ser peladas, error que comete mucha gente que se enfrenta a ellas por primera vez. Es lo que lleva a pensar su aspecto espinoso, pero los pinchitos desaparecen al hervirla. No se comen de la borraja ni el tallo ni las hojas, aunque estas últimas se utilizan en repostería, destacando especialmente un postre típico de la zona de Barbastro, los crespillos. Este dulce consiste en rebozar la hoja de la borraja con harina, huevo y anís para después freírla y terminarla con un poco de azúcar espolvoreado. A nosotros nos recuerda a la elaboración de los paparajotes murcianos, aunque evidentemente el sabor sea distinto.
Beneficios de incluirla en tu dieta
A estas alturas de la lectura ya deberíamos haberte convencido de que te animes a buscar y cocinar esta deliciosa verdura, pero nos hemos guardado una bala final: sus beneficios. La borraja es una de las hortalizas más nutritivas que existen, ya que tiene un alto contenido en minerales y vitaminas, destacando especialmente la presencia del hierro y de la vitamina C.
Se mire por donde se mire, estamos hablando de una verdura infravalorada en líneas generales. No es de extrañar que se recurra tanto a ella en la alta cocina, pero desgraciadamente no ocurre lo mismo en la gastronomía casera. Ojalá, con textos como este, se produzca un cambio más pronto que tarde al respecto. Tu salud y tu paladar te lo agradecerán de por vida.