¿Debería haber una edad mínima para permitir comer hamburguesa?

En Países Bajos, un estudio aboga por un plan de acción que incluye esta recomendación para “criar una generación sana”.
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Hay debates muy polémicos en el momento de su desarrollo y que dan todavía más que hablar cuando se convierten en leyes aprobadas. Fue el caso de la prohibición del tabaco en espacios públicos cerrados, sin ir más lejos y tiene pinta de que lo será, a no mucho tardar, el del acceso a hamburguesas, pizzas, y demás comidas catalogadas como “basura” o “rápida”, por parte de los niños. Son muchas las verdades de la comida basura que deberías saber.

No sabemos si ocurrirá así o no, pero el debate en torno al fast food y los niños es ya una realidad a nivel europeo: especialistas en nutrición, instituciones e investigadores científicos en la materia alertan de las consecuencias que este factor, junto a otros como el sedentarismo, están causando en la población infantil. Ejemplo de ello es el estudio Aladino, que en el año 2019 ya advirtió de que hasta un 40,6 % de las niñas y niños entre 6 y 9 años en España padecían entonces exceso de peso

Medidas que se han tomado

La obesidad infantil es un problema real de países como el nuestro y la dieta, aunque no sea el único factor desencadenante, es uno de los que más impacto tiene en este aspecto. Es una cuestión muy seria, de índole sanitaria. No en vano, el Ministerio de Consumo ya advirtió el pasado mes de marzo de que tiene intención de prohibir la publicidad digital y física de alimentos perjudiciales para la salud de los jóvenes menores de 16 años. En dicho mes se llevó a consulta pública el Real Decreto que regulará este tema en el futuro: “Se prohíbe la aparición en las comunicaciones comerciales sometidas a este real decreto de madres o padres, educadores, docentes, profesionales de programas infantiles, deportistas, artistas, influencers, personas o personajes de relevancia, notoriedad pública o proximidad con el público infantil, sean estos reales o de ficción, que por su trayectoria sean susceptibles de constituir un modelo o ejemplo para las personas menores de edad”, dice el documento.

Hamburguesa - Imagen: Blanca Campos
Hamburguesa - Imagen: Blanca Campos

No es España el único país en el que se están tomando medidas para limitar el acceso de la población infantil a la comida rápida como medida de protección de su salud. En Países Bajos, uno de los debates públicos de los últimos días es el de la posible prohibición de alimentos no saludables a los menores de edad. No solo hamburguesas, y tampoco todas ellas, sino todo tipo de comida rápida malsana.

El debate se ha intensificado a nivel político en el país centroeuropeo a raíz de la publicación por el Instituto Científico del democristiano CDA un estudio liderado por Gerard Adelaar, asesor independiente de políticas de salud y estilo de vida. Adelaar dice que es urgente una “forma radicalmente diferente de tratar lo que comemos y bebemos para que el estilo de vida y el cuerpo estén mejor”. El objetivo es abordar un plan para “criar una generación sana”, continúa el investigador. 

En base a las conclusiones de este estudio, se plantea la posibilidad de prohibir la publicidad de alimentos no saludables, aumentar su precio para que no sea más barato que otras comidas más saludables e incluso, en caso de no recibir respuestas positivas por parte de la industria, establecer un mínimo de edad para el acceso a la comida rápida. “¿Cuánto de realista es esto? Pues también nos hacíamos la misma pregunta hace veinte años cuando se introdujeron medidas contra el tabaco y el alcohol. Y esas medidas están hoy muy normalizadas. El problema real es que hay un desajuste entre nuestro estilo de vida y el cuerpo”, señala Adelaar.

De momento, tan solo es una propuesta que ya tiene tintes políticos porque el objetivo es que se materialice en una ley que incluya medidas concretas como la prohibición de celebrar fiestas de cumpleaños en restaurantes considerados fast food

El consenso político y social no parece existir al respecto de estas propuestas en Países Bajos, pero Gerard Adelaar recuerda que “cuando se prohibió fumar en las cafeterías también parecía una decisión condescendiente” con la ciudadanía y, sin embargo, añade, “ahora me encanta, a mí y a mucha gente”, señala. 

Parece obvio, con independencia de donde lleve este debate que ya forma parte de la agenda política y social de todos los países e instituciones europeas, las reglas del juego para la industria de la comida rápida van a cambiar a corto y medio plazo. No sabemos si se llegara a prohibir el consumo de hamburguesas a menores de edad, pero es una certeza que se tomarán medidas para limitar el acceso de la población infantil a la comida malsana por una cuestión relativa a la salud. 

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