Hay muchas formas de cocinar verduras. Si quieres preparar todos los días unos platos deliciosos, cómpralas muy frescas y sigue nuestros consejos. Te damos 15 sencillos trucos.
Las verduras se deben cocinar a temperatura alta hasta que las fibras se hayan ablandado. Ten en cuenta que cuando más viejas sean las piezas más tiempo tardarán en hacerse.
1 - Al vapor
Si quieres que conserven más su sabor, cocínalas al vapor. Así, las sales minerales se concentrarán en el alimento y no lo perderán por no estar en contacto con el agua. Puedes cocinarlas en una olla a presión o en una convencional si dispones de una cesta que puedas colocar en la parte superior.
2 - ¿Asadas o a la plancha?
Tanto el horno como la plancha permiten que las verduras mantengan todo su sabor. Sin embargo, es preferible que las cocines enteras o en rodajas grandes para que se resequen menos, y en la plancha puedes encontrar el problema de que el interior no se haga bien. Por el contrario, si utilizas el horno a una temperatura de entre 200 y 220ºC, la superficie quedará crujiente y el interior, jugoso.
3 - Con propiedades nutritivas
Las pérdidas nutricionales que se originan al cocinar las verduras se pueden reducir si al cocerlas, además de utilizar la mínima cantidad de agua posible, las añades en ebullición y tapas el recipiente. Además, los ácidos orgánicos protegen las vitaminas, al contrario de lo que ocurre con el bicarbonato, que potencia el color aumentando el verde de las verduras pero hace que pierdan vitaminas. Por eso, si añades limón o vinagre a la cocción mantendrás las beneficiosas propiedades de verduras y hortalizas.
4 - Recuperar la tersura
Las verduras frescas van perdiendo poco a poco el vigor, la firmeza y la tersura, y se van poniendo marchitas a cada día que pasa. Para mantenerlas frescas más tiempo, conviene envolverlas por separado en papel de periódico. Pero si no hemos tomado esa precaución o se nos ha olvidado y vemos que al cabo de poco tiempo ya se han reblandecido y están un poco mustias, lo arreglaremos poniéndolas en remojo en un litro de agua al que debes añadir un chorrito de vinagre y dos terrones o cucharadas colmadas de azúcar.
5 - Brécol intenso
Si dejas el brécol en remojo para lavarlo, perderá parte de su color y brillo. Para evitarlo, introdúcelo en agua helada. Además, si lo vas a cocer, hazlo una primera vez, mételo después en agua helada y, por último, en el momento de servirlo, caliéntalo pero al vapor.
6 - Asar patatas enteras
La manera más rápida y fácil de asar patatas enteras es cocerlas primero durante un cuarto de hora. Luego, solo tienes que introducirlas en el horno alrededor de 30 o 40 minutos. Estarán en su punto.
7 - Lavar los champiñones
Mucha gente no lo sabe pero los champiñones y las setas no deben lavarse nunca, pues absorben el agua y pierden cualidades. Es mejor limpiarlos con un paño húmedo y, en el caso de los champiñones, frotarlos con un poco de zumo de limón para blanquearlos.
8 - Asar pimientos
Hay una forma de asar los pimientos para que queden perfectos y además no manchar el horno. Envuélvelos con papel de aluminio; no se quemarán y tendrán un aspecto brillante.
9 - Alcachofas frescas
- Las alcachofas se estropean con bastante facilidad, por lo que conviene consumirlas en las 24 horas siguientes a su cocción. Para cocinar las alcachofas frescas lo mejor es partir el rabo justo antes de cocerlas. De este modo, guardan todas sus propiedades nutritivas y evitas que se oxiden y se ennegrezcan.
- En el agua de cocción de las alcachofas, cuece dos patatas y una cebolla trinchada y previamente rehogada en aceite de oliva. Pásalo por la batidora con un poco de pimienta y alcachofas cocidas. Esa crema la podrás saborear fría o caliente.
10 - Verduras verdes
Cuando vayas a cocer espinacas, guisantes, zanahorias o berzas, añade una cucharadita de azúcar al agua. Si además les añades una cucharadita de bicarbonato, te quedarán más verdes y jugosas. Pruébalo y verás.
11 - Potaje de garbanzos con espinacas
Cuando queramos preparar un sabroso potaje de garbanzos, lleve bacalao o no, debemos recordar que para que quede perfecto, lo que realmente importa es que las espinacas se añadan muy picadas y solo cinco minutos antes de retirar el potaje del fuego. De esta forma, conservarán su precioso color verde y la textura será la indicada.
12 - Espinacas cocidas
Recuerda siempre que las espinacas deben cocinarse solo con el agua que quede adherida a ellas al lavarlas, porque si no se pasarán.
13 - Berenjenas amargas
Antes de cocer o freír las berenjenas, una vez que ya estén peladas y cortadas (la piel es muy indigesta y no es demasiado aconsejable tomarla) conviene ponerlas sobre una fuente y rociarlas con un poco de sal fina. El truco consiste en colocarlas un poco inclinadas para que el agua amarga que tienen vaya poco a poco escurriendo.
14 - Guisantes frescos o de lata
Al cocer los guisantes frescos es conveniente poner en el agua, además de sal y un chorrito de aceite de oliva, un terrón de azúcar. Pero si se emplean guisantes en conserva, lo que conviene es enjuagarlos previamente en un colador bajo el chorro del agua fría para que pierdan ese sabor tan característico. Al final, se puede echar un chorro de limón y volverlos a enjuagar.
15 - Rehogar acelgas
Que no te quepa la menor duda, la mejor manera de preparar las acelgas de forma que conserven todas sus propiedades y vitaminas es cocerlas en la olla exprés, una vez cortadas y bien limpias. Luego, solo hay que añadir una cebolla muy picada, un tomate sin piel muy maduro y, por supuesto, un buen chorro de aceite de oliva. No es necesario que añadas agua, con el jugo que sueltan será suficiente. Y no te preocupes, no se pegarán.