No hay nada más reconfortante que un buen plato, de esos de ‘toda la vida’ y que has podido ver hacer a madres, abuelas… El estofado de costillas (o patatas guisadas con costilla, cada uno lo llama de una manera) es uno de ellos. Este plato constituye una estupenda fuente de energía y es una de esas elaboraciones que tienen, casi casi, un poder reconstituyente y que se agradecen especialmente en los días más fresquitos.
Un estofado (o ‘sudado’ en algunas partes de Latinoamérica) es un proceso culinario de cocción de un alimento (inicialmente crudo) que es sometido a fuego lento en un recipiente cerrado. El guiso realizado mediante esta técnica evita la evaporación y ayuda a mantener gran parte de los jugos iniciales. Así, se retenienen de esta forma los sabores y aromas de los alimentos cocinados.
Este plato es uno de los guisos más tradicionales, ricos y económicos que hay. El secreto reside en la sencillez de sus ingredientes. Unas costillas de ternera (también las de cerdo están muy buenas y pueden servirnos perfectamente para esta receta), unas patatas de calidad y un buen pellizco de pimentón de la Vera bastan para conseguir un plato tan sabroso como fácil de preparar.

Ingredientes (para dos raciones):
- 3 patatas
- ½ pimiento verde
- ½ kg de costilla de ternera. Tip: cuando tengas que ir a comprar las costillas, pídele al carnicero que te las deje partidas por la mitad, preferiblemente con la sierra para que no se astillen. De esta manera el plato resultará mucho más agradable de comer y no tendrás que pelearte a mordiscos con cada costilla entera.
- ½ cebolla
- 3 dientes de ajo
- ½ tomate
- ½ copa de vino blanco
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 3 pizcas de sal
- Un pellizco de pimentón (aunque depende de nuestros gustos, pero no te recomendamos excederte con él)
- 2 tazas de caldo de pollo
- Unas hojas de laurel
Elaboración:
- Se pone aceite en una sartén y se cocinan las costillas de ternera con un poco de sal. Una vez doradas, se quitan del fuego y se apartan.
- Hay que picar finamente los ajos y media cebolla. Se corta el pimiento verde y el tomate en trozos, y en trozos tamaño medio las patatas.
- En una olla y echando un chorrito de aceite, se sofríen las verduras recién cortadas, pero no las patatas. Cuando estén blanditas, se incorporan a la sartén. Se añade el vino blanco, que poco a poco se evaporará.
- Se añade a continuación a la olla el caldo de pollo (si no tienes utiliza agua), las patatas, cortadas en dados y la hoja de laurel.
- Se echa un poco de sal a todo, se pone la tapa y se cocina a fuego suave durante unos 30 minutos aproximadamente.
- Comprueba pinchando con un tenedor que las patatas están tiernas. Luego se comprueba el punto de sal, se rectifica de ser necesario, y se retira.
- Esta misma receta sirve en caso de que se utilicen costillas de cerdo. También se pueden sustituir las patatas por zanahoria, o añadir alguna verdura más si así se desea.