Victoria Rosell:“El machismo es un virus de transmisión social y no sirve vacunar solo al 50 %”

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género habla sobre la importancia de la educación, de la ley del ‘solo sí es sí’ y de iniciativas como la Carrera Contra la Violencia de Género.
Victoria Rosell

Desde el año 2003, se recogen datos acerca de las muertes por violencia de género y, hasta el pasado mes de mayo, la cifra ascendía a 1.204. Detener y bajar ese número es responsabilidad de todos. 

Las revistas Mía y Marie Claire, un año más, organizamos la Carrera Contra la Violencia de Género, una iniciativa que cuenta con el apoyo de un gran número de empresas y personas, además del soporte institucional que representa Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.

Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género

¿Qué aporta una iniciativa como la Carrera Contra la Violencia de Género? 

Las iniciativas de concienciación son útiles para erradicar la violencia contra las mujeres y uno de los ejes de la legislación vigente y del Pacto de Estado. Una actuación con presencia en la calle y que involucra a autoridades, medios de comunicación y ciudadanía creo que manda un mensaje reconfortante de implicación con las mujeres, diciendo “contra la violencia, no estás sola”.

¿La ley de ‘solo sí es sí’ ofrece una protección suficiente?

Debemos seguir con la implementación de las medidas de protección integral, no condicionadas a la denuncia penal: atención psicológica, centros de crisis 24 horas, asesoramiento jurídico gratuito, servicios especializados y accesibles en las comunidades autónomas y entidades locales.

Queda pendiente recuperar el consentimiento como eje en la legislación penal y no los medios comisivos de violencia o intimidación. Pero la protección de las víctimas en los demás ámbitos queda por fin equiparada a la de las víctimas de violencia procedente de la pareja o expareja, de la Ley Orgánica 1/2004, que es un referente internacional y que también hemos mejorado con la ley del ‘solo sí es sí’.

¿Qué es más efectivo contra la violencia de género, la educación o una tipificación severa de condenas?

La educación, sin duda. El derecho penal solo puede actuar cuando ya es demasiado tarde para la víctima, cuando el delito ya se ha cometido y, además, se ha denunciado y probado. 

Si queremos llegar a tiempo, es más importante la prevención, complementada con la protección integral, no supeditada al proceso penal, y a la reparación no solo económica: física, psíquica, económica, social e incluso la reparación simbólica, el reconocimiento social del problema y de las víctimas,todo lo contrario a su estigmatización, que es lo que la mayoría ha vivido hasta ahora.

Victoria Rosell, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género

¿Qué pilares sujetan esa educación?

La educación en igualdad, porque la violencia machista es la consecuencia más grave de la desigualdad o la discriminación entre hombres y mujeres, de la concepción de las mujeres y niñas como subordinadas o incluso como objetos. 

Dentro de esta, es esencial una educación afectivosexual adaptada a cada edad. Educar desde la infancia en el consentimiento funciona: es la única garantía de que, si una niña o niño sufre tocamientos u otro tipo de acciones de tipo sexual, incluso sin contacto corporal, tenga conciencia inmediata de que eso no está bien y lo verbalice y busque ayuda. El silencio es el mejor cómplice de los agresores.

Las redes son el hábitat natural de los jóvenes. ¿Qué hace el Gobierno para acabar con el ciberacoso?

En la ley ‘solo sí es sí’ hemos incluido nuevas modalidades delictivas, como la agresión sexual a menores sin contacto corporal, consistentes en actos sexuales sobre sí mismo o con una tercera persona, y ahora es delito también la difusión de imágenes privadas, aunque se hayan tomado con consentimiento.

Hay nuevas penas más eficaces, como la inhabilitación de patria potestad o de cargos tutelares y la inhabilitación de hasta 20 años por encima de la pena de prisión para ejercer actividades con menores, incluso las no retribuidas, para los agresores sexuales.

Además del castigo penal, hay medidas de prevención y protección en los ámbitos educativos, deportivos o sanitarios y políticas públicas como la estrategia estatal contra las violencias machistas 2022-2025, que, por primera vez, incluyen la violencia digital.

¿Qué puede hacer la sociedad para acabar con la violencia de género?  

Muchísimo. La actitud contraria a cualquier machismo o subordinación de las mujeres en el espacio público y privado, en el transporte, en los espacios de ocio, dan seguridad y tranquilidad y también indican a las víctimas que no están solas, que la sociedad está con ellas y contra las agresiones sexuales, de las más leves a las más graves. Ahí tienen un gran papel no solo las redes feministas, sino los hombres: el machismo es un virus de transmisión social y no sirve vacunar solo al 50 %. La ciudadanía debe ser consciente de que su actitud y su actuación pueden salvar vidas.

¿Qué hará ahora el Ministerio?

Aprobar la ley integral contra la trata y vigilar que el Plan conjunto se cumpla. Y, sobre todo, no dar un paso atrás, ni en la prevención, ni en la especialización profesional, ni en su financiación. Otros Gobiernos han aprobado leyes, pero no las han dotado. Como suele decirse, “enséñame tu presupuesto y te diré cuáles son tus prioridades”.

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