Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid, Murcia y Comunidad Valenciana vuelven a estar, de nuevo, en alerta debido a la gran cantidad de mosca negra que habita en estos territorios. La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental ha lanzado una alerta para que se adopten medidas de control y ya son varias comunidades las que han comenzado a ejecutar planes para frenar el aumento de ese insecto con tratamientos larvicidas y desbroces sobre la vegetación. Además, avisan que la propagación tan rápida de esta especie peligrosa es debida al aumento de las temperaturas en este último verano, lo que ha provocado que lugares en los que antes no estaba presente ahora sea casi una plaga y su rápida propagación es ya un problema para la salud.

La Simulium erytrocephalum, más conocida como mosca negra, es muy similar a una mosca común, por lo que es complicado reconocerla a simple vista. La gran diferencia con la mosca común es que esta sí ataca y, si la comparamos con otros insectos, es que la mosca negra no pica, muerde. Y lo hace con sus dientes de sierra. Se puede decir que es un bicho con muy malas ideas y retorcido. En parte, porque antes de atacar rocía la piel con una sustancia que anestesia la zona, así puede morder a gusto y absorber la mayor cantidad de sangre.
Al igual de los vampiros de las historias más terroríficas, este insecto es hematófago, lo que quiere decir que se alimenta de sangre. Y hay más, ya que a esa anestesia le sigue otra sustancia que ayuda a que su veneno se extienda rápidamente por el organismo, logrando que la zona afectada sea mucho mayor que un simple picotazo.
Gracias a la anestesia que inocula, en el momento de la mordedura no se siente dolor. Tan solo se puede apreciar un rastro de sangre debido a la herida que ha dejado. El dolor llega después y es muy intenso. Puede sentirse pasadas unas horas e incluso al día siguiente. Y, lo que es peor, sus efectos pueden sentirse hasta un mes después. Al ser una herida abierta, es muy fácil que se infecte, por lo que hay que tomar precauciones. Muchas de las hospitalizaciones por picadura de mosca negra son debidas a infecciones y heridas que no terminan de curarse
Los lugares en los que es más común toparse con una mosca negra son zonas húmedas, como los cauces de los ríos. Asimismo, la hora que más le gusta para tomar su ración de alimento es el atardecer y el anochecer. Por eso, si paseas por este tipo de zonas, el principal consejo es cubrirse todo lo que sea posible y rociarse con un buen repelente. Según la Sociedad Española de Medicina de Urgerncias y Emergencias (SEMES),el mejor repelente para la mosca negra es el DEET (Dietiltoluamida) en altas concentraciones (> 45%), que se puede comprar en farmacias.
Si la prevención no ha servido de nada y te encuentras con la mordedura, es importante no rascarte para no dañar más la zona y agrandar la herida. Además, rascando solo facilitarás la entrada de agentes infecciosos o empeorarás la infección ya existente.
Para la hinchazón, nada funciona mejor que un poco de hielo con un trapo durante unos pocos minutos. Después, una vez seca la herida, puedes aplicar una pomada con un corticoide suave. Si el dolor es muy intenso, puedes tomar algún calmante. Por su puesto, si no mejora con el paso del tiempo, siempre es mejor consultar con el médico de cabecera.