A medida que ha ido pasando el tiempo, la humanidad ha sido la encargada de cambiar el ser nómada por tomar actitudes cada vez más sedentarias. Entre estas se encuentra la de convertir animales que, en su origen, eran salvajes, para transformarlos en animales domésticos. Se han llegado a convertir en el mejor amigo del hombre. A día de hoy son uno más de la familia y cada vez tienen más derechos que les protegen. Tras la domesticación del lobo gris, vinieron las cabras, las ovejas, los burros o los caballos. Todos estos animales, como ocurre con las personas, pueden contagiarse de los parásitos más comunes que puedes encontrar en un plato de comida. En el libro 'Parásitos: Los actores secundarios en nuestra historia evolutiva', de la editorial Pinolia, los expertos Concha Mesa y José Antonio Garrido, hablan de todos los parásitos que pueden atacar a nuestras mascotas diariamente y poner en peligro su vida. Además, ofrecen una guía para poder prevenir este tipo de invitados no deseados en su organismo.
Los parásitos "son organismos que comen junto a otro", así lo definen los expertos en el libro. Además, estos son capaces de invadir cualquier especia animal con tal de asegurar su supervivencia. Por ello, vamos a analizar cuáles son los posibles parásitos que se pueden albergar en tu mascota sin que apenas te des cuenta.
Los parásitos más comunes que campan a sus anchas

Dos de los parásitos más comunes y que más casos existen es de los piojos y las pulgas. Ambos parásitos son externos y se adhieren a la piel de, normalmente, perros y gatos. En el caso de las pulgas, no solo causan molestias como picazón intensa, sino que también pueden transmitir otros patógenos o causar alergias conocidas como dermatitis alérgica por picadura de pulga (DAPP).
Por otro lado, las garrapatas son organismos que pueden transmitir graves enfermedades. Entre ellas, la babesiosis canina, una infección causada por protozoos del género Babesia que invade los glóbulos rojos, provocando anemia severa y en algunos casos, complicaciones fatales.
Por último, es mucho menos popular, pero no es poca cosa que tu mascota esté infectada de ácaros. Se trata de un parásito que infesta la piel del animal, donde puede llegar a proliferar tanto que le generen incomodidades en la piel y problemas cutáneos más graves. De hecho, al ser un parásito más invisible de lo normal, la gravedad puede llegar de la noche a la mañana, ya que no nos habremos dado cuenta de la multiplicación de este organismo.
Parásitos que pueden afectar la salud interna de nuestra mascota

Además de la piel, los parásitos pueden adentrarse en nuestras mascotas. En perros y gatos es común encontrar problemas digestivos que se transforman en diarrea, vómitos y pérdida de peso. Puede ser debido a gusanos intestinales, unos nematodos comunes. Aunque representan un riesgo zoonótico, ya que sus huevos pueden infectar a humanos, causando enfermedades como larva migrans visceral y cutánea.
Otro parásito mucho más pequeño es el gusano del corazón o filarias. Se trata de un organismo que se desarrolla en los vasos sanguíneos y los tejidos subcutáneos del perro. Esto hará que, si no se frena a tiempo, pueda provocar insuficiencia cardíaca o la muerte. La thelazia spp es un parásito que afecta a la cavidad ocular de perros y gatos, causando irritación ocular y enfermedades con la conjuntivitis y molestias importantes.
Cómo evitar un problema más grave causado por un parásito en tu mascota

La parasitóloga y el bioquímico aseguran que para evitar este tipo de problemas en la salud de nuestros amigos de cuatro para "la prevención es la mejor estrategia para protegerlos a ellos y también a nosotros mismos", ya que algunos pueden ser huéspedes de humanos. Existen medidas esenciales con las que debemos convivir si tenemos o queremos tener una mascota en nuestra casa:
- Desparasitación regular. Es fundamental realizar desparasitaciones periódicas según las recomendaciones del veterinario. Se administra una pastilla vía oral, recetada por el veterinario en la dosis adecuada, según el peso. Los expertos recomiendan hacer este proceso aproximadamente cada tres meses.
- Control de vectores. Recuerda usar collares antipulgas, pipetas o comprimidos. Se trata de una herramienta eficaz para prevenir infestaciones de pulgas, garrapatas y otros ectoparásitos.
- Higiene periódica. Es importante que para que ningún organismo se pase de la raya, mantengas limpios los espacios de tu mascota, donde comen, duermen y juegan. Esto ayuda a reducir la propagación de huevos y larvas de parásitos.
- Control ambiental. Esto está más enfocado a animales que conviven con el humano en zonas rurales. Eliminar áreas de agua estancada, desinfectar superficies y evitar el contacto con fauna silvestre contribuyen a disminuir la exposición a vectores y parásitos.
- Revisión médica habitual. Recuerda que al no poder hablar no saben, muchas veces, cómo transmitirnos que están mal. Siempre viene bien acudir a tu veterinario de confianza para chequeos regulares.

La relación que compartimos con nuestras mascotas trae muchas alegrías, aunque debemos ser responsables de la salud de ellos. Por lo que una pieza fundamental del puzle es conocer y tener una educación sobre zoonosis bien presente. Conocer las enfermedades que pueden transmitirse de animales a humanos fomenta la adopción de prácticas preventivas. Este libro es una buena oportunidad para desgranar el mundo de los parásitos y las mascotas.