El carbón dulce es uno de los productos más típicos de la noche y el día de Reyes. Cada 6 de enero, los Reyes Magos van a cada una de las casas para dejar regalos y lo que no son regalos. Tradicionalmente, el carbón se dejaba en las zapatillas de los niños que se portaban mal durante todo el año a modo de castigo. Este dulce se ha convertido en un imprescindible de estas celebraciones navideñas. Su presencia combina humor con un delicioso sabor. Tiene una textura crujiente y es un trampantojo, porque al comerlo es como si comieras algodón de azúcar. En el Mercadona, está prácticamente desapareciendo, ya que se prevé que se agote en los últimos días previos a la noche más mágica del año. Aunque no hay que abusar de más a la hora de consumirlo, ya que, al fin y al cabo, se trata de un dulce común y tiene bastantes calorías.
Una cuidada presentación para no perder la magia de la Navidad

Mercadona, cada año, saca el producto para que los padres, tíos y abuelos lo compren y adornen, el día de Reyes, las zapatillas de los más pequeños. Este año, viene en un saco de yute con el nombre del producto y un dibujo de estrellas. En tres colores: marrón, verde y rojo. Entre sus ingredientes no se esconde un gran secreto. Es más, tan solo es azúcar y albúmina de huevo, la proteína de la clara de huevo. Se utiliza este último ingrediente para que el caramelo quede con la textura y el volumen del carbón original. Además, lleva colorante natural. Una de las cosas que más nos gusta de Mercadona es que productos básicos y tradicionales, como este, tienen un precio económico, apto para todas las familias. El precio del carbón dulce de Mercadona es de 1,95 euros. Actualmente, las existencias están agotándose.
Cómo hacer carbón dulce en casa si te has quedado sin el del Mercadona

Este dulce es una de las golosinas que es más fácil de hacer en casa. Además, es un dulce que perfectamente se puede elaborar con los ingredientes que normalmente hay en tu despensa. Necesitarás una clara de huevo, un poco de zumo de limón, 200 gramos de azúcar glas, que puede ser avainillado, y unas gotas de colorante alimentario de color negro, para darle un aspecto mucho más realista. Para el almíbar necesitas 700 gramos de azúcar blanco y 230 ml de agua.
Para elaborarlo, tienes que montar la clara de huevo junto con el zumo de limón. Cuando esté lista, puedes ir añadiendo poco a poco el azúcar glas hasta estar totalmente incorporado y haber obtenido una pasta homogénea y densa. Separa la mitad de la mezcla y añade colorante negro hasta que quede muy oscuro. Cuando hayas hecho la coloración, pasaremos a hacer el almíbar. Añade el azúcar y el agua en un cazo y llévalo a ebullición hasta los 126 ºC.

Para que el caramelo tenga esa textura de carbón real, tendrás que popel papel en una bandeja de horno y cuando hayas llegado a la temperatura idónea, añade la masa negra al caramelo. Tendrá un efecto de subir y bajar. Cuando ya haya subido, vierte la mezcla en la bandeja. Espera a que se solidifique y cuando esté frío, sírvelo en saquitos.