Hambre y apetito no son lo mismo. Mientras que el primero está relacionado con la necesidad fisiológica de comer para sobrevivir, el segundo hace referencia a comer por placer. Y ambas son igual de válidas. Sentir hambre es normal, pero si la sientes constantemente, quizá sea una señal de que no te estás alimentando bien. ¿Estás tratando de perder peso? Entonces seguro que te preguntas cómo reducir esta sensación. Tenemos buenas noticias: hay unos trucos muy sencillos (pero a la vez, efectivos) que te ayudarán a conseguirlo.
A la hora de mantener el peso o perderlo, una de las claves más importantes es llevar una alimentación saludable. Una buena alimentación beneficia al sistema inmune, mantiene el colesterol a raya y promueve el buen funcionamiento del tránsito intestinal, estamos más satisfechos, estamos con mucha más energía...
¿Quieres mejorar tu alimentación para ganar en salud? Pequeños gestos pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, sustituir la sal por especias y tomar una pieza de fruta en el postre son algunas claves que ayudan a cuidarnos sin demasiado esfuerzo.
Priorizar los alimentos ricos en proteína, los alimentos integrales en lugar de su versión refinada, beber mucha agua... Toma nota de estas 7 pautas para evitar la sensación de hambre entre horas.
Los lácteos, mejor enteros que desnatados
Si sueles priorizar las versiones desnatadas de tus lácteos favoritos, aquí van algunos buenos motivos para dejar de hacerlo: los lácteos enteros son muy ricos en calcio y otros minerales liposolubles. Además, contienen grasas saludables, que son muy beneficiosas para la salud y nos brindan mayor sensación de saciedad.
Bebe abundante agua
A veces, la sed se confunde con el hambre. Un estudio publicado en el 'European Journal of Nutrition' descubrió que las personas que bebieron 2 vasos de agua justo antes de comer ingirieron un 22% menos que las que no lo hicieron. Los científicos creen que 500 ml de agua pueden 'estirar' el estómago y enviar señales de saciedad al cerebro.
Evita distracciones mientras comes
Comer con conciencia plena (o lo que es lo mismo, el 'mindful eating') se basa en ingerir los alimentos en silencio, sin conversación y, por supuesto, sin mirar el móvil ni ninguna otra pantalla para poder centrarte en la textura y el sabor de los alimentos. De este modo, seremos más conscientes de lo que comemos y podremos identificar mejor las señales que nos indican que nos hemos saciado.
Toma fruta entera en lugar de zumos
No, beber un zumo no es lo mismo que comerse la fruta entera. De hecho, lo primero es mucho peor. Si nos tomamos un zumo, toda la matriz del alimento y el azúcar naturalmente presente en la fruta se absorbe muy rápido, produciendo picos de azúcar en sangre (y, por tanto, provocando que nos entre hambre mucho antes). Por el contrario, la fruta entera conserva su matriz original y se digiere más lento, prolongando la sensación de saciedad durante más tiempo.
Consume grasas saludables
Las grasas saludables (aguacate, salmón, frutos secos, aceite de oliva, etc) tienen un perfil nutricional muy interesante, además de contribuir a la ralentización del vaciado gástrico, por lo que nos ayudan a sentirnos saciadas durante más tiempo.
Opta por las versiones integrales de los alimentos
Consumir la versión integral de los alimentos es una de las mejores maneras de mantener el hambre a raya. Estos alimentos tienen mayor cantidad de fibra y, por tanto, se absorben de manera más lenta por el organismo. Esto provoca que nos sintamos saciadas durante más tiempo. Además, aportan un mayor contenido en minerales como el magnesio y vitaminas del grupo B y E que su versión refinada.
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