El olfato es el sentido más primitivo y el que primero desarrollamos. Los bebés reconocen a sus madres por el olor y, en los hombres primitivos, el olfato era la base tanto para el apareamiento como para supervivencia en sí.
Tras siglos de evolución, el sentido de olfato ha sido desplazado, pero no debemos olvidar que un mal olor nos avisa de que un alimento está en mal estado y nos salva de una intoxicación, por ejemplo. Además del poder que tiene cierto aroma para destapar recuerdos y ayudarnos a revivir emociones.
Una persona sana puede detectar casi cien mil millones de olores diferentes. Pero, de la misma forma que cada uno tiene una sensibilidad para diferenciar aromas, también es diferente la percepción que se tiene de ellos. Por eso, algo que para alguien es una delicia, para otros no tanto.
El olfato está en todo
Como explica el doctor Luis Gutiérrez Serantes, médico de familia y colaborador de Marnys: “El olfato interviene en procesos que van desde la regulación del apetito hasta las relaciones interpersonales. Por ello, cuando hay una modificación de la capacidad olfatoria, las personas ven muy afectada su vida diaria”.
Y es que, aunque pueda sonar extraño, uno de cada cinco adultos sufre algún problema relacionado con el sistema olfativo. En muchas ocasiones, esto puede ocurrir tras una infección respiratoria como una gripe o durante un proceso alérgico. Pero hay más.

Independientemente de patologías o trastornos, la intensidad con la que percibimos los olores se reduce de manera más drástica a partir de los 70 años. Al igual que la vista o el oído, el sentido del olfato también envejece.
Hay solución ante la pérdida de olfato
“Cuando esto sucede, ya sea por la edad o por otras circunstancias, el olfato se puede entrenar” destaca el experto. Entre los diferentes métodos para entrenar el olfato, se encuentra la activación de la recordación del sistema olfativo a través del uso de aromas esenciales.
“Esta práctica busca entrenar la capacidad cerebral para identificar olores, almacenarlos y recordarlos, acelerando de esta manera la recuperación de la sensibilidad olfatoria”, explica el doctor Gutiérrez Serantes.