Los problemas son una de las principales causas de que no seamos felices. La preocupación por algo no nos deja disfrutar de las cosas más sencillas de la vida. Aunque psicólogos explican que la felicidad es realmente buscar momentos de bienestar en el día a día, como asegura Tomás Navarro en este artículo, hay que veces que no podemos llegar ni a ellos si nos preocupa algo. En este sentido, otros profesionales tratan de buscar las maneras de afrontar estos problemas y conseguir ser más felices.
Es el caso de el Doctor en Psicología de la Salud Álvaro Bilbao, que se ha formado como Neuropsicólogo en el Hospital Johns Hopkins (Baltimore), el Royal Hospital for Neurodisability (Londres) y en Neuropsicología Infantil en el Intituto Kennedy Krieger (Baltimore). En la entrevista que adjuntamos más abajo para plataforma Aprendemos juntos 2030 de BBVA (en la que esta institución fomenta la educación), aporta cuatro claves para aprender a lidiar con tus problemas.
Tomar distancia de los problemas

"Si pensamos en nuestros problemas de noche, vamos a sentir toda la angustia y la oscuridad de no saber encontrar el camino. Y eso activa una serie de circuitos que hacen que los problemas se vean más grandes de lo que son", comienza diciendo el experto en el vídeo. Y es que sí, cuando más relajados estemos, más pensaremos en eso que nos preocupa.
Acordarte de las veces que has superado dificultades

"La segunda es que muchas veces los problemas parecen más grandes que nosotros mismos. Nos sentimos indefensos y que no somos capaces de afrontarlos. Pero si recuerdas todas las dificultades que has tenido, te darás cuenta de que en todas esas situaciones tú has sido más grande que tus problemas", continúa. Es decir, el neuropsicólogo nos anima a viajar el pasado y recordar situaciones similares en la que nos hayamos enfrentado a otros problemas y los superáramos.
Hacer cosas que nos hagan sentir más calmados

Álvaro Bilbao prosigue el vídeo diciendo que la tercera clave "es que, cuando nos sentimos angustiados, tendemos a sentir que esa emoción engloba todo nuestro ser y que se va a prolongar para siempre. Nosotros nos podemos retirar a un lugar donde nos podemos sentir más calmados, incluso nuestro cerebro se va a aburrir de esa sensación de angustia y vamos a poder experimentar el alivio de ver la luz al final del túnel". Es decir, nos anima a hacer cosas que alejen el problema de nuestra mente (aunque no tengamos ganas) y con los que nos sintamos más felices y podamos salir de esa situación.
Compartir tus problemas con los demás

"La cuarta y quizás la más importante, sería hablar de tus problemas, compartirlos con alguien. Cada vez que conversas y hablas sobre aquello que te preocupa, la carga emocional que experimenta el hemisferio derecho se comparte con el hemisferio izquierdo. Y el hemisferio izquierdo, además, es el encargado de solucionar problemas. Hablar con los demás te va a ayudar a encontrar soluciones y a sentirte más optimista acerca de cómo puedes afrontar estos problemas", finaliza diciendo el neuropsicólogo. Con esta clave quiere decir que no te guardes todo para ti, que compartas con los demás tus preocupaciones para exteriorizarlas y que incluso tus amigos, tu familia o un psicólogo te puedan ayudar a solventarlas.