Quizá nunca te habías planteado que el color de tu recibidor influye en cómo te sientes al entrar en casa, pero según Alejandra Balbás, experta en Feng Shui, ese pequeño espacio puede marcar un antes y un después en la energía de tu hogar. El recibidor no es solo una zona de paso donde dejas las llaves y cuelgas el abrigo. En realidad, es la primera impresión energética de tu casa, el lugar que recibe tanto a los visitantes como a ti misma cada vez que cruzas la puerta. Si hay desorden, iluminación pobre o una mezcla de colores que no invitan al descanso, esa misma sensación de caos o frialdad puede extenderse al resto del hogar (y de tu día). Por eso, elegir bien los tonos y los materiales que visten esta zona no es solo una cuestión estética: es una herramienta para transformar tu bienestar diario desde el minuto uno. Y lo mejor es que no necesitas hacer grandes cambios —ni reformas costosas— para conseguirlo.
El recibidor es mucho más que una zona de paso. En Feng Shui, se considera la “puerta energética” del hogar, el primer lugar por donde entra (y se bloquea o se potencia) el flujo de energía que afectará a todo lo que hay dentro. Y ahí, los colores tienen un papel fundamental.
Tonos tierra: la base de un recibidor que transmite calma
Los tonos tierra son los más recomendados por los profesionales del Feng Shui para vestir el recibidor. Hablamos de colores como el beige, el terracota, los marrones suaves o incluso los tonos arena. Estos tonos están conectados con el elemento Tierra, que simboliza estabilidad, contención y equilibrio. Ni seguir reglas complicadas ni llenar tu casa de amuletos: el feng shui real empieza por el orden (y es más fácil de lo que parece). A veces, solo necesitas observar y ajustar un par de detalles para notar un cambio radical.
Según Balbás, elegir esta paleta en un recibidor no solo crea una atmósfera más acogedora, sino que también puede potenciar áreas muy concretas del mapa Bagua de tu casa, como la zona de Prosperidad (si coincide con este espacio). Es decir, no se trata solo de estética, sino de generar una energía favorable que te reciba y te sostenga al llegar a casa.
Ni blanco puro ni colores fríos: por qué el equilibrio visual importa
El blanco es un color habitual en muchas entradas, pero en Feng Shui no siempre es la mejor opción si se usa sin equilibrio. Puede aportar claridad, sensación de limpieza y amplitud, sí, pero en exceso puede generar frialdad y desconexión emocional con el espacio. Si te gusta el blanco, combínalo con elementos cálidos —una alfombra de fibras naturales, una lámpara con luz suave o detalles en madera— para que el conjunto no resulte demasiado aséptico. Así puedes beneficiarte de su luminosidad sin perder la calidez necesaria en este punto tan sensible del hogar.
Espejos bien colocados y materiales naturales: tus aliados para potenciar el orden feng shui
Una de las recomendaciones más conocidas del Feng Shui es el uso de materiales naturales en zonas clave del hogar, y el recibidor no es la excepción. La madera, la piedra o la cerámica ayudan a reforzar la conexión con la tierra y equilibrar la energía de entrada. Son texturas que aportan calidez y hacen que el espacio se sienta más “habitado” desde el primer paso.
También hay que hablar del uso de espejos, que pueden ser grandes aliados si se colocan con intención. Reflejan la luz, amplían visualmente y dinamizan el flujo energético. Eso sí: nunca frente a la puerta, ya que esto puede provocar que la energía rebote y no entre al hogar. Ubícalos en una pared lateral o en diagonal para potenciar su efecto sin interferir con el equilibrio general. Ni reformas ni muebles nuevos: el truco del Feng Shui con espejos para ganar orden y armonía funciona precisamente porque te permite mejorar lo que ya tienes, sin complicaciones ni gastos extra.
