Durante mucho tiempo subestimé el poder de hacer la cama. Lo veía como una tarea doméstica menor, de esas que puedes dejar pasar sin consecuencias... hasta que un día me di cuenta de cómo influía en mi estado de ánimo. Empezar la mañana con ese pequeño gesto —estirar las sábanas, colocar bien la colcha, alisar las almohadas— cambió por completo mi forma de encarar el día. Manu Núñez, experta en organización, lo explica claro: hacer la cama es un ritual que cierra el ciclo de descanso y te prepara mentalmente para todo lo que viene. Es, en definitiva, una forma sencilla pero muy poderosa de empezar con el orden cama como base para tu bienestar.
Y es que no solo se trata de estética. Cuando llegas a casa y ves la cama hecha, sientes que al menos hay una parte del caos que tienes bajo control. Esa sensación es especialmente valiosa cuando estás en medio de semanas exigentes, como cuando intentas hacer la limpieza de primavera y todo parece desbordarte. Esta vez sí: el plan semanal que me ayudó a hacer la limpieza de primavera sin caos ni prisas comenzó justo por ahí: por hacer la cama cada día. A veces, el cambio más profundo empieza por lo más simple.
La importancia de comenzar el día con orden
¿Alguna vez te has preguntado por qué hacer la cama por la mañana puede marcar la diferencia en tu día? Según la experta en organización Manu Núñez, este simple hábito puede influir significativamente en tu bienestar diario. Al dejar la cama deshecha, no solo se proyecta una imagen de desorden, sino que también afecta tu estado mental, haciéndote sentir menos productiva y más cansada durante el día.
Manu Núñez destaca que el acto de hacer la cama es más que una tarea doméstica; es un ritual que simboliza el cierre del ciclo de descanso y el inicio de un nuevo día. Este pequeño gesto puede contribuir a establecer un ambiente de orden y claridad mental, preparándote para enfrentar las actividades diarias con energía renovada.

Incorporar el hábito de hacer la cama no requiere mucho tiempo. La experta sugiere aprovechar esos minutos que a menudo se desperdician, como mientras se calienta el agua de la ducha o se absorbe la crema corporal. Con tan solo 21 días de práctica continua, este acto se convertirá en una rutina automática que no solo mejorará el aspecto de tu dormitorio, sino también tu disposición mental.
Cómo el desorden afecta tu hogar y tu mente
El desorden en el dormitorio puede tener un impacto más profundo de lo que parece. Al entrar en una habitación con la cama sin hacer, se genera una sensación de caos que puede extenderse a otros aspectos de la vida. Según Núñez, una cama deshecha transmite una sensación de dejadez que puede hacerte sentir que el descanso es más necesario de lo que realmente es, llevándote a un estado de baja energía durante el día.

Y lo curioso es que a veces no somos del todo conscientes del impacto de los pequeños errores. Estos son los tres errores que arruinan la buena energía del recibidor, según una experta en Feng Shui (y probablemente estés cometiendo alguno sin darte cuenta), y podríamos aplicar lo mismo al dormitorio. Porque lo cierto es que una cama sin hacer te devuelve al caos visual, que te genera ruido mental, sensación de que el hogar te domina a ti… en lugar de ser al revés. Además, llegar a casa y encontrar la cama desordenada puede dar la impresión de que el hogar te controla a ti, en lugar de ser un espacio de refugio y tranquilidad. Esto puede influir negativamente en la percepción de tu entorno, haciéndote sentir abrumada y menos capaz de mantener un hogar organizado.
Para contrarrestar estos efectos, Manu Núñez recomienda establecer una rutina matutina que incluya hacer la cama. Este simple cambio puede transformar la forma en que percibes y gestionas tu espacio personal, promoviendo un ambiente más positivo y productivo.
Creando un espacio de descanso ideal

El dormitorio debe ser un santuario de descanso y relajación. Núñez sugiere evaluar los elementos que componen este espacio, asegurándose de que cada objeto contribuya a un ambiente tranquilo y acogedor. Agrupar los objetos en tres categorías: los que deseas mantener, los que no encajan en un entorno de relajación y los que deben ser eliminados, puede ser un buen comienzo.
Además, la elección de colores y textiles adecuados puede influir en la calidad del sueño. Tonos suaves como los azules y verdes, que evocan tranquilidad y conexión con la naturaleza, son ideales para fomentar un descanso reparador. También es importante considerar la funcionalidad de la cama, optando por modelos que ofrezcan soluciones de almacenamiento para maximizar el espacio y mantener el orden.
Siguiendo estos consejos, podrás transformar tu dormitorio en un lugar que no solo favorezca el descanso, sino que también te inspire a comenzar cada día con una actitud positiva y proactiva.