El ayuno intermitente ha traído una nueva forma de ver la nutrición y se ha convertido en una de las dietas de moda. Esta forma de concebir la alimentación propone marcar períodos en los que se come y períodos en donde se ayuna. Las fórmulas más utilizadas son la 16:8 y 12:12, aunque también puede hacerse 20:4 o incluso un día entero de no ingesta.
Numerosos estudios sugieren que esta forma de comer puede ofrecer beneficios como la pérdida de peso y grasa, una mejor salud y sobre todo, longevidad y mayor esperanza de vida, aunque como todo lo que gana popularidad, esta ‘dieta’ tan poco se ha librado de la polémica. Las horas de comida varían mucho según las necesidades de la persona. Este tipo de dieta no es válida para todo el mundo. Puede ser positiva en algunos casos, pero es importante no generalizar. Existe mucha desinformación y muchos mitos sobre el ayuno intermitente y hoy no hemos propuesto desmontarlos para siempre. ¡Toma nota!
1. Ayuda a perder peso. No necesariamente. Adentrarse en el ayuno intermitente implica pasar por ciertos periodos sin ingerir alimentos - lo que podría bajar la cantidad de calorías que se consumen al día y contribuir en la pérdida de peso- pero todo dependerá del tipo de nutrientes que se ingieran durante el periodo de alimentación. El ayuno intermitente acelera el metabolismo, el cuerpo quema grasa más rápidamente y asimila mejor los nutrientes; por eso, es muy importante que estos sean los adecuados.
2. Se destruye en músculo. El ayuno intermitente acelera el metabolismo, por lo que el cuerpo quema grasa y no músculo como ocurre en otras dietas de adelgazamiento. Se pierde músculo cuando el cuerpo ha consumido los aminoácidos y el glucógeno y empieza a usar las reservas de proteína y músculo; pero en el ayuno intermitente se evita este proceso ya que retiene más masa muscular que en un régimen hipocalórico. Por eso, es importante cumplir perfectamente los ciclos de ayuno e ingesta.

3. Baja el nivel de azúcar. Contribuye a que no se eleve, pero no lo baja. El cuerpo humano está preparado para mantener estables los niveles de glucosa, por eso no es necesario comer constantemente. En el ayuno se liberan sustancias como el glucagón y el cortisol, que se encargan de utilizar la glucosa almacenada y dotar de energía al organismo.
4. Menor rendimiento deportivo. Esto depende de muchos factores, como el tipo de actividad física que se realice, la duración del ayuno y la adaptación al mismo. Siempre que se mantenga el consumo de calorías necesario para cada deportista, así como los macronutrientes adecuados, no habría reducción en el rendimiento. Además, entrenar en ayunas favorece ejercicios de fuerza y es más efectivo para perder grasa.
5. Produce mareos y agotamiento. Puede que, al inicio sí. El ayuno requiere un periodo de adaptación. Mientras más veces ayunes, más tiempo podrás pasar sin ingerir alimentos. Lo ideal es empezar de forma progresiva, con el tipo 12:12 y adaptar al organismo al tipo 16:8, el más popular. Has de saber que los líquidos como los tés, infusiones o café solo no rompen el ayuno y ayudan a reducir los síntomas de mareo y agotamiento, porque mantienen al cuerpo hidratado. También se puede optar por suplementos liposomales que aporten vitamina C, Glutatión, Vitamina B… como los de marcas como Altrient, Nutrilite o Naturadika.