Es la comida más importante del día, pero muchas veces tendemos a saltarnos el desayuno porque nos cuesta comer por las mañanas. Tras las horas de ayuno nocturno, nuestro cuerpo necesita alimentos para cargarse de energía. Desayunar activa nuestro metabolismo y ayuda a que sintamos menos hambre durante el resto del día. Además, nuestro cuerpo absorbe con mucha más facilidad los nutrientes que ingerimos en el desayuno que los de las otras comidas, por lo que es ideal para aportar un chute extra de energía beneficiosa a nuestro organismo. P
or eso, no sólo es importante desayunar: también debemos escoger cuidadosamente los primeros alimentos del día que metemos en nuestro cuerpo. Pese a todo esto, puede que mucha veces te despiertes sin hambre y te cueste dedicar el tiempo necesario a la primera comida del día. Te contamos algunos de los motivos que pueden provocar que te despiertes sin hambre.
Cenas demasiado
Si bien el desayuno debe de ser la comida más copiosa del día, la cena debe ser lo contrario: es recomendable tomar una cena ligera y nutritiva para descansar bien y no recargar demasiado nuestro metabolismo. Las grasas y las proteínas son especialmente saciantes, por lo que si realizas una cena abundante en estos nutrientes es normal que no tengas mucha hambre por la mañana. También puede ser que hayas comido una cena moderada, pero que hayas picado horas más tarde o justo antes de irte a dormir. El picoteo nocturno, especialmente si se acerca la hora de acostarte, puede mantenerte saciada durante varias horas.
La salud mental y la física están estrechamente ligadas. La ansiedad puede dar hambre, pero también puede tener el efecto opuesto: las hormonas asociadas al estrés pueden reducir el apetito. Al fin y al cabo, la ansiedad es un mecanismo de huida y esta aceleración del organismo provoca que perdamos el hambre. Con la depresión sucede algo parecido debido a la reducción de hormonas como la serotonina y la progesterona. Si crees que puedes padecer alguno de estos trastornos, es normal que no sientas hambre por las mañanas. No dudes en acudir a un especialista para mejorar tu salud mental.
Durante la noche, es normal que experimentemos ciertos desbalances hormonales que pueden afectar a nuestros niveles de hambre durante la mañana. Para activarnos durante la mañana, los niveles de adrenalina suelen estar más altos que de costumbre, lo cual puede causar que no tengamos demasiado apetito. Estudios recientes han demostrado que otras hormonas como la leptina, que produce una sensación de saciedad en nuestro organismo, están más presentes durante la mañana.
Hay otras muchas causas naturales por las que puede que no sientas hambre por las mañanas. Por ejemplo, hay algunos medicamentos que reducen naturalmente nuestra hambre. Si tienes problemas de tiroides, puede que los desbalances hormonales que hemos mencionado se incrementen y no te apetezca desayunar. Algunas otras causas que reducen el apetito mañanero son el embarazo, la ovulación, el envejecimiento o algunos tipos de medicamentos.
En cualquier caso, es conveniente cuidar nuestra salud para poder disfrutar de todos los beneficios del desayuno y comenzar nuestras jornadas con energía.