Cuando pensamos en preparar un picoteo, el embutido es uno de los primeros alimentos que se nos viene a la cabeza. La RAE los define como: "tripa rellena de algún tipo de carne, principalmente cerdo". Seguro que muchas veces te has encontrado en esa situación en la que te comes la piel del embutido, mientras otra persona te mira estupefacta. ¿Es perjudicial comérsela? Pues depende.
El origen del embutido se sitúa en Europa, tras el descubrimiento de la sal como conservante de las carnes, alrededor del año 3.000 a. C. Sin embargo, no fue hasta la Edad Media cuando los embutidos comenzaron a popularizarse. En el siglo XIX, los avances técnicos permitieron utilizar nuevos métodos de producción y conservación de los embutidos.
No todas las pieles del embutido son iguales. Hay embutidos que se recubren con piel natural, elaborada con diferentes partes del intestino animal. Esta piel sí podríamos consumirla sin ningún perjuicio (si es que queremos hacerlo). Dicho envoltorio contiene cierta cantidad de proteínas y grasas, aunque teniendo en cuenta el grosor del mismo, realmente su aporte es insignificante.
Por otro lado, encontraríamos los embutidos recubiertos con piel artificial, entre los que destacan tres tipos: los elaborados con colágeno (que se obtiene de las pieles de las vacas sometidas a diversos tratamientos), los que se elaboran con plástico (normalmente lo encontramos en embutidos como mortadela) o de celulosa, que se utiliza en salchichas que posteriormente son sometidas a un proceso de pelado mediante una peladora. En este caso, los expertos recomiendan no consumirla, aunque no pasa nada si te la comes. El etiquetado debería indicarnos cuando la piel es comestible y cuando no.
¿Me puedo comer la corteza del queso?
Puedes hacerlo mientras que en la corteza del queso no se hayan añadido ni ceras ni parafinas. Para saber esto puedes fijarte a simple vista, como regla general, en la textura, limpieza y brillo de la corteza. Cuanto más artificial parezca la corteza, más probabilidades hay de que las lleve. En la etiqueta de ingredientes debería venir señalado si el queso posee o no estas características; ya sea de forma clara, o a través de la numeración del aditivo alimentario correspondiente. Ten en cuenta que entre las cortezas comestibles, sin embargo, hay algunas que aportan poco o nada en cuanto a aspectos organolépticos o que incluso nos dificultan la masticación debido a su dureza.
¿Es saludable el embutido?
Se considera embutidos a todas las piezas elaboradas a partir de carne, condimentada con especias y hierbas aromáticas. Esta carne es sometida a diferentes procesos y embutida en piel artificial o piel de tripas. Según esta definición, embutidos serían sobrasada, chorizo, fuet y salchicha. El jamón serrano o ibérico, el jamón cocido o fiambre de pavo no son embutidos, pero muchos los consideran como tal. Tanto si los consideras embutidos como no, realmente este tipo de alimentos no son imprescindibles en una dieta saludable y la OMS (Organización Mundial de la Salud), los clasifica como carnes procesadas de consumo ocasional.
Los expertos recomiendan no tomar embutidos en exceso por su alto contenido en sal, aditivos alimentarios y grasas de mala calidad, que favorecen la hipercolesterolemia y el aumento de peso. Sin embargo, no tienes por qué eliminarlos completamente de tu dieta, sino que puedes consumirlos de vez en cuando (y con moderación) sin miedo a que perjudique tu salud.