Rojo, carnoso y sabroso en boca, este delicioso bocado tiene múltiples cualidades. Desde el punto de vista botánico, el tomate es una fruta porque nace del ovario de un flor, hay quien basa su argumentación en que posee un alto contenido en azúcares más cercano a las frutas que a las verduras. Además esta controversia de si es una fruta o verdura llegó a la corte suprema de Estados Unidos En 1887, se aprobó una ley que asignaba impuestos a las hortalizas y vegetales importados, pero no a las frutas. Un hecho que fue aprovechado por las compañías importadoras de tomates para intentar no pagar el impuesto. ¿La resolución del tribunal? Las compañías tuvieron que pagar los tributos puesto que el tomate se servía como parte de una ensalada, pero no como fruta. Es decir, como postre. Vista la curiosidad, podemos centrarnos ahora en sus virtudes.
Entre las más destacadas está que antioxidante y esto es gracias al licopeno (un pigmento que le da su coloración) y que está presente en la sandía, las fresas o las cerezas. Se sabe que esta sustancia tiene efecto antiox. Son capaces de frenar la degradación celular producida por los radicales libres. Además, aporta vitaminas y minerales indispensables para el correcto funcionamiento del organismo, siempre dentro del contexto de una dieta balanceada. Ningún alimento por sí solo tiene la virtud de sanar o curar.
¿Por qué han perdido su sabor?
Intervienen varios factores. La mejora en la producción, los procesos químicos a los que se les somete para aumentar su resistencia y hacerlos atractivos a la vista (color y tamaño) y una recolección acelerada han propiciado que pierdan cualidades gustativas. De hecho, un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), tras un análisis de 398 variedades, ha puesto de manifiesto que las más modernas contienen menos compuestos relacionados con el sabor.
¿Cocinado o crudo?
“El proceso térmico favorece la rotura de las paredes celulares del tomate y, por tanto, la liberación del licopeno y de otras moléculas”, explica la experta. ¿Prefieres la versión no procesada? “Aderézalo con unas gotas de aceite de oliva virgen extra, elevas su aporte nutricional”. Recuerda que cuando lo tomes en crudo, su piel tiene que estar lavada. Si su piel es dura, puedes pelarlo y si no lo vas a consumir continuación, mantengo tapado con film de cocina para evitar la oxidación que causa alteraciones en el sabor y el aroma.
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Previene accidentes cerebrovasculares
Se trata de uno de los alimentos más ricos en licopeno, un antioxidante que reduce el colesterol ‘malo’. “Este se adhiere a los vasos sanguíneos produciendo una lesión denominada placas de ateroma. “La existencia de estos residuos desencadena enfermedades cardiovascuares que pueden prevenirse por la ingesta de este pigmento”, dice la doctora Elena Soria, nutricionista de Clínica Menorca.
Ayuda a adelgazar
Cada 100 gramos de tomate aporta tan solo 20 calorías. De hecho su zumo, puede incluirse en cualquier plan que persiga una perdida de peso. Un sano sustituto de las bebidas carbonatadas cero o una opción más a la hora de tomar un temtempié saludable.
Evita las cefaleas
Evita las cefaleas gracias a las propiedades analgésicas de la vitamina C. “Su consumo reduce la producción de prolactina, una de las hormonas responsables de la inflamación y del dolor”. Para que sea efectivo como calmante natural, hay que incluirlo en la dieta diaria.”Prueba a tomarlo en las tostadas del desayuno, es una opción muy saludable para esquivar esos dolores de cabeza intensos y persistentes que van acompañados de sensación de pesadez”.
Regula la función intestinal
“Aporta grandes dosis de fibra y otras sustancias que convierten al tomate en un suave laxante que ayudan a luchar contra el estreñimiento”. Debes evitar los ejemplares más verdes y acidulados en caso de sufrir acidez estomacal, ya que pueden acrecentar los síntomas, o cuando se padece reflujo esofágico o úlceras estomacales. Prima los tipos más afrutados (tomate cereza) o dulce como el canario.
Alivia las molestias menstruales
“Por su alto contenido en potasio y escaso en sodio, combate la retención de líquidos, la hinchazón, el edema y el aumento de volumen que se produce durante la regla”. Este efecto diurético también es beneficioso si se sufre hipertensión o exceso de ácido úrico. Aparte de esta función depurativa, “además regula el exceso de flujo menstrual gracias a su contenido en vitamina K”: es un antihemorrágico natural. Puede incluirse sin problema en un patrón dietético desintoxicante previo a la menstruación, durante la ovulación y en la fase de sangrado”.
Favorece la cicatrización de las heridas
Aporta vitamina A que, junto a la K y la C, son esenciales para el estado de las mucosas, la piel y el cabello. También favorecen la cicatrización de los tejidos o mejoran la recuperación tras una intervención.
Es fotoprotector
Diversos estudios apuntan a su contenido antioxidante como factor bloqueador de la incidencia de los rayos solares. Es capaz de frenar la oxidación celular producida por las radiaciones solares. No dejes de tomar tomate en todo tipo de sopas frías y gazpachos. Son sorbos con efecto aftersun.
Ayuda a limpiar la piel cuando se toma como jugo
El zumo de tomate contiene un alto porcentaje de nutrientes que son beneficiosos para la piel. Estos incluyen la vitamina A, la vitamina C, el licopeno y las proteínas. El licopeno es un carotenoide que contrarresta la acción de los radicales libres en el cuerpo. Ademas, explica la experta sirve como astringente natural, contrae los poros.
Neutraliza los radicales libres
El tomate contiene compuestos antioxidantes e inmunopotenciadores (vitamina C, vitamina E, licopeno, selenio, ácido cumárico y clorogénico) que actúan neutralizando los radicales libres. “Estas moléculas inestables dañan las células y se originan en procesos metabólicos, por estrés, incidencia de la contaminación, de la radiación solar o por la entrada de determinados patógenos y, si no son neutralizados, producen daños en el organismo en forma de inflamación, tumoraciones o efermedades degenerativas”.
Favorece la absorción de hierro
Contiene vitamina E, que como la C, favorece la absorción de hierro. ¿Quieres mejorar la biodisponibilidad de este mineral? Tómalos junto a proteínas de alta calidad (carne, pescado o huevos).
Ayuda a la visión
Dentro de una dieta variada y de calidad, ningún alimento por sí solo tiene beneficios curativos o preventivos, pero el tomate aporta vitaminas A y C (se cubre el 40 % del requerimiento diario con 200 g de producto). “Ambas son fundamentales para tener una correcta salud ocular, retrasar la degeneración macular (pérdida de la visión central) y la ceguera nocturna (se reduce la capacidad del ojo para adaptarse a la oscuridad)”.
Contribuye a expulsar toxinas
El tomate contiene agua, potasio y escaso sodio. Por eso es considerado como un elemento diurético. Convendría excluirlo o tomarlo con moderación cuando se se sufra gota, ya que aumenta los niveles circundantes de ácido único.